En medio del calor abrasador de 40 grados en Pinar del Río, Cuba, Zhou Shaoping, un ingeniero chino, relata los desafíos de vivir y trabajar en un país donde los apagones son cotidianos. Zhou, quien lideró el montaje de una planta fotovoltaica en esta región, describe cómo la falta de electricidad afecta profundamente la calidad de vida de los cubanos. «Con este calor, sin electricidad es casi imposible vivir», confiesa.
La planta, construida con apoyo del gobierno chino, marca un hito en la transición energética de Cuba hacia fuentes renovables. Este proyecto, inaugurado en 2018, no solo suministra electricidad a unos 20,000 residentes, sino que también contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono al reemplazar parcialmente las plantas de energía que funcionan con petróleo.
Zhou resalta que las condiciones económicas y las sanciones internacionales dificultan enormemente la vida en Cuba. Sin embargo, también señala que la abundante radiación solar de la isla es una ventaja que permite aprovechar al máximo la tecnología fotovoltaica china. Además de instalar el equipo, los especialistas chinos capacitaron a sus contrapartes cubanas, permitiéndoles operar la planta de manera autónoma.
Para muchos residentes, como González, un pequeño empresario local, la llegada de energía estable ha sido transformadora. Antes, las interrupciones constantes impedían el desarrollo de negocios. Ahora, con una fuente confiable de electricidad, las perspectivas económicas han mejorado significativamente. Para ellos. Quedan todavía otros 9 millones de cubanos.
Así lo señala Global Times, quien también entrevistó también en Madrid a Roberto Paneque, presidente de una fundación en España, quien también trabaja en integrar tecnología solar en Cuba.
Paneque, todo un experto en temas relacionados con la Aduana General de la República de Cuba, y sobre todo de lo que se puede importar o no, trabaja junto a otros ingenieros cubanos, en la búsqueda para producir kits solares accesibles que incluyan un panel de 500 vatios, un inversor de 1.5 kilovatios y una batería, todo por un costo de entre $150 y $200. Estos kits podrían ofrecer soluciones básicas, como mantener encendidos algunos electrodomésticos esenciales.
Global Times señala que China y Cuba han profundizado su cooperación, firmando un contrato para construir siete nuevas plantas solares en seis provincias cubanas. Según datos oficiales, estas instalaciones ahorrarán 18,000 toneladas de combustible al año, equivalente a unos $7 millones.
Proyectos como estos son una luz de esperanza para un país que, a pesar de sus desafíos, avanza hacia un futuro más verde y sostenible.
Luego, están las bases de espionaje, pero eso – dice el régimen cubano – son noticias falsas.
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