En La Habana, mientras los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) convocan a jornadas de donación de sangre para conmemorar el 98 aniversario del natalicio de Fidel Castro, una grave crisis de acumulación de basura azota la ciudad, evidenciando la desconexión entre las campañas ideológicas y las necesidades reales de los habitantes.
La convocatoria para donar sangre se programó para los días 12 y 13 de agosto en distintos centros y bancos de sangre de la capital.
Estas jornadas son promovidas como un tributo al ex líder cubano y son parte de un esfuerzo por revitalizar el programa de donación voluntaria que ha visto un declive debido a la migración y otros factores socioeconómicos.
Sin embargo, esta actividad se ve ensombrecida por la creciente problemática de la basura que se ha intensificado en varios municipios, incluyendo Diez de Octubre y Plaza de la Revolución.
Imágenes y videos compartidos en redes sociales muestran calles bloqueadas y convertidas en vertederos improvisados, donde montañas de desechos impiden el paso y ponen en riesgo la salud pública.
La crítica situación ha llevado a la indignación y la frustración de los ciudadanos, quienes cuestionan la eficacia de un gobierno que organiza eventos de alto perfil político mientras falla en atender problemas básicos de infraestructura y servicios públicos. Las quejas no se limitan a la falta de recogida de basura, sino también a la coerción en las campañas de donación de sangre, donde se han reportado casos de presiones y amenazas a jóvenes en el servicio militar para que participen en estas jornadas.
La crisis de la basura en La Habana no es un fenómeno nuevo. Historias de acumulaciones de desechos y la falta de medidas efectivas han sido una constante en los últimos años. Recientemente, el gobierno ha buscado inversores extranjeros para abordar esta problemática, pero hasta ahora, los resultados son insuficientes.
Sin embargo, desde el perfil en X (Twitter) de Liván Izquierdo Alonso, Primer Secretario del Partido en La Habana, se lleva a cabo una labor propagandística inusitada, para contrarrestar esta realidad.
Varios posts, uno detrás de otro, muestran «otra campaña ideológica» que, pretende, con cuatro gatos y cuatro sacos, recoger la basura acumulada por toneladas en las calles y embellecer la ciudad en saludo al natalicio del llamado «Comandante en Jefe».
Esta situación de doble cara refleja una estrategia de distracción, donde actos de lealtad política como las donaciones de sangre en honor a Fidel Castro son ampliamente publicitados, mientras que las crisis que afectan el día a día de los ciudadanos permanecen en gran parte sin resolver.
No obstante, es necesario señalar que la donación de sangre «en saludo al comandante», bien que puede servir, lejos de ser usada en los hospitales cubanos, como negocio lucrativo ya probado y del que el régimen ha sacado jugosos dividendos durante años.
Reportes recientes señalan que entre 1995 y 2019, el gobierno cubano habría generado alrededor de 800 millones de dólares vendiendo sangre en el mercado internacional.
Este comercio incluye la venta de sangre y derivados a varios países, entre ellos Rusia, Irán, Venezuela, Brasil, Argentina y Ecuador. La mayoría de los cubanos desconocen que sus donaciones de sangre son vendidas de esta manera, ya que el régimen promueve la donación como un acto humanitario o de apoyo a esfuerzos internacionales.
Esta práctica ha sido documentada y criticada por organizaciones como Archivo Cuba, que investiga y denuncia el comercio de sangre por parte del estado cubano.
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