Una madre cubana y su hijo debieron pagar 30 mil dólares de rescate, luego de que fueran secuestrados por sicarios mexicanos cuando se disponían a cruzar la frontera sur de ese país. Luego de salvar sus vidas, los migrantes consiguieron arribar a territorio estadounidense, pero fueron devueltos a México por el denominado Título 42.
Según contaron a la CNN su viaje había iniciado el 17 de marzo pasado, fecha en que decidieron abandonar Cuba e iniciar el tránsito migratorio desde Nicaragua. Les tomó casi dos meses llegar hasta México, pero acabaron siendo secuestrados y hasta torturados por una banda de sicarios en Ciudad Juárez durante 26 días.
Aunque no quisieron denunciar lo sucedido con las autoridades de la nación, si les pareció oportuno relatar los hechos ante la prensa. “Estamos vivos de milagro, eso no hay ni cómo explicarlo. Pasamos cosas terribles”, declaró la madre Bárbara Rodríguez Téllez, cuyas hermanas que residen en los Estados Unidos fueron quienes ofrecieron los 30 mil dólares que exigían los secuestradores.
Sin embargo, el pago del rescate no fue suficiente para que los cubanos consiguieran terminar con éxito el tortuoso camino migratorio que decidieron emprender. A pesar de haber logrado cruzar la frontera de manera exitosa, la madre cubana y su hijo Sadiel González fueron devueltos nuevamente a la frontera mexicana a razón del Título 42, una legislación que se ampara en propósitos médicos para devolver a los migrantes que pudieran constituir un riesgo para la salud estadounidense.
“Lo voy a seguir haciendo”, indicó Sadiel González, quien apunta además que para Cuba no vuelve. Los dos cubanos se encuentran ahora en un campamento para refugiados en Tamaulipas, desde donde accedieron a conversar con la prensa mientras preparan su próximo intento de ser admitidos por los Estados Unidos en su zona fronteriza.
A pesar de la valentía y la disposición de continuar luchando por sueño a toda costa, Bárbara Rodríguez confensó a la CNN que desde el momento del secuestro no ha podido volver a conciliar el sueño y que recuerda en todo momento las veces que la apuntaron con un arma y prometieron acabar con la vida de su hijo delante de sus ojos.
El indetenible éxodo de personas cubanas hacia los Estados Unidos continúa acumulando historias terribles, tristes pasajes familiares que no siempre logran conseguir el final feliz y que comprometen la vida de hijos, padres, adultos mayores, personas enfermas y todos los que deciden emprender el peligroso camino.
Sin embargo, la situación política y económica que atraviesa el país, cuyas soluciones se muestran cada día más lejanas, colocan la balanza a favor de la aventura migratoria. Solamente en el pasado mes de abril se produjo un nuevo récord, con 34 mil cubanos que cruzaron la frontera en busca del sueño americano.
