De manera simultánea, casi, con la noticia de «la aparición» en La Habana de las llamadas bicicletas de bambú, llegó la confirmación del carácter irrevocable de la Revolución Socialista cubana, en un discurso pronunciado por el Embajador de Cuba ante las Naciones Unidas, Gerardo Peñalver. Por más que se intente no asociar ambos hechos con el «progreso» es imposible no hacerlo.
Peñalver, quien se fue de Moscú en medio de no pocas quejas sobre su gestión allí, y la cantidad de maletas que se llevó en su último viaje a la isla, pronunció un discurso en un evento de solidaridad para conmemorar el 70 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes que marcaron el inicio de la Revolución Cubana en 1959. En su discurso, destacó la importancia histórica de aquellos eventos y el valor de los jóvenes cubanos que lucharon por la libertad del país.
La reunión fue organizada por el Comité de Normalización Internacional EE. UU.-Cuba, que aboga por el fin del bloqueo y la normalización de las relaciones entre ambos países.
Peñalver, dice el medio Workers, resaltó la resistencia de Cuba ante la hostilidad externa y la hipocresía del gobierno de Estados Unidos, que mantiene un bloqueo injusto contra la isla y cuestiona sus derechos humanos sin tener moral para hacerlo. El embajador, además, mencionó la unilateral designación de Cuba como patrocinador estatal del terrorismo por parte de EE. UU., una medida que refuerza el bloqueo y afecta gravemente las transacciones financieras y comerciales del país; así cómo señaló que, a pesar de las dificultades impuestas por el bloqueo, Cuba no renunciará a su sistema socialista de justicia social y seguirá promoviendo relaciones basadas en el respeto mutuo.
En el evento, donde Peñalver agradeció la solidaridad recibida y reafirmó el compromiso de Cuba de defender su dignidad y soberanía, también se destacó la aprobación por parte del Consejo de la Ciudad de Nueva York de una resolución para poner fin al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
Por esas mismas horas, un grupo de cubanos celebraba «la llegada» a la isla de un grupo – digamos que significativo – de bicicletas de bambú. Si Peñalver habla de progreso…
Dice la agencia Reuters que en La Habana, Cuba, se están viendo en las calles nuevas bicicletas de bambú ecológicas fabricadas por un taller local.
En Cuba, señala Reuters, el transporte es un tema crónico, y añade que el país atribuye en gran medida el estancamiento de su crecimiento económico a las sanciones de la era de la Guerra Fría impuestas por Estados Unidos, una afirmación que se entronca, con sus diferencias, claro, con lo dicho por Peñalver en Nueva York.
Reuters describe que el embargo ha llevado a una escasez de automóviles importados, lo que hace que los residentes dependan de modelos antiguos o motocicletas de China, que comenzaron a llegar en la década de 1990; pero, en medio de una crisis financiera, con escasas reservas fiscales, el dinero que se logra adquirir se destina a la compra de alimentos, ante la imposibilidad de emplearlo en mejorar el transporte.
Es, dentro de esta crisis, que surge el plan de producir «opciones ligeras y respetuosas con el medio ambiente como parte de un programa financiado por la embajada de los Países Bajos en el país», señala la agencia. Ergo: las bicicletas de bambú.
El taller se encuentra en la isla, país que tiene 28 especies de bambú y emplea tres especies de esa planta para la fabricación de los ciclos.
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