Cuba parece recuperarse lenta y dolorosamente de los impactos de la covid-19, aunque cada muerto duele en las familias, como ninguna otra cosa puede doler.
Hoy, el Ministerio de Salud de la República de Cuba anunció seis mil nueve casos de Covid-19, y aunque la reducción es ligera – 623 confirmados con respecto a la jornada anterior – la cifra de fallecidos también es menor – 51 personas por complicaciones asociadas a la enfermedad – lo cual, si se suma a los datos que se vienen reportando cada día desde la pasada semana, nos indica que hay un descenso en la enfermedad, en la isla caribeña.
Estas cifras, a decir del director nacional de epidemiología, eñ Dr. Francisco Durán, «muestran una leve mejoría en las estadísticas de la pandemia.» Así lo expresó el galeno en su habitual conferencia de prensa televisiva, donde además dio a conocer otros datos que atestiguan lo dicho, como lo es la reducción de los ingresos.
Durán puntualizó que permanecen ingresados en Cuba 71 mil 309 personas, de ellas 35 mil 721 sospechosas a la Covid-19, dos mil 894 en vigilancia epidemiológica y 32 mil 694 con el virus activo. De estos últimas 32 mil 288 presentan una evolución clínica estable, mientras 133 están en estado crítico y 273 en grave. El epidemiólogo informó que el balance entre nuevos casos y recuperados fue positivo en esta jornada pues salieron de las instituciones hospitalarias siete mil 105 personas, y el total de recuperados asciende a 826 mil 727 desde 2020.
Sin embargo, si sumamos las cifras de los últimos 27 días, no hay mucho de qué alegrarse, pues los contagios suman 207 mil 344; y los fallecidos mil 953. En total, Cuba acumula, desde la llegada de la pandemia a la isla 866 mil 808 diagnosticados con el SARS-CoV-2 y siete mil 330 víctimas fatales.
Entre esas víctimas fatales hay que lamentar la muerte de otro joven médico cubano.
Se trata de Ele Arrate Castellanos, santiaguero de nacimiento, quien se acababa de graduar de Doctor en Medicina por la Facultad “Miguel Enríquez” de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana el pasado mes de julio, y era residente en Psiquiatría infantil en el Hospital Pediátrico Universitario de Centro Habana.
Ele es el tercer sanitario cubano que muere en un lapso de cuatro días, y su juventud, apenas 24 años, habla a las claras de que la pandemia no entiende de organismos jóvenes y saludables, o sin comorbilidad reconocida.
Se trata del tercer profesional de la salud de Cuba que fallece por los efectos de la pandemia en la isla en menos de una semana, y según publicaciones vistas en las redes sociales, sus colegas destacaron de él “su sonrisa afable, su gesto cordial, su compañerismo y generosidad”, a la vez que lo calificaron como un joven «lleno de vida y juventud, con tantos planes futuros y sobre todo, muchos deseos de seguir prosperando”.
La medicina cubana lamenta, una vez más, la muerte de un joven médico a causa de la COVID-19, y desde su lugar de trabajo, y a través de las redes sociales, se le rindió tributo; donde además se expresó el dolor por su sentida partida, en el que se le calificó como joven “entusiasta y talentoso psiquiatra, excelente profesional, bella persona”.
Llegue hasta sus familiares y amigos en Cuba y en el extranjero, nuestras más sinceras condolencias por la muerte de este joven médico cubano.
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