Según la Fiscal del Estado de Miami-Dade, Katherine Fernandez Rundle, dos mujeres, Nerelis Leiva de 45 años y Rita Benet de 59 años, fueron arrestadas y acusadas de aprovecharse de un hombre de 82 años con demencia en Miami, para explotarlo y llevarlo a la ruina económica.
El portal Local 10 News informó que se descubrió que Leiva se había hecho amiga de la víctima en una consulta médica, luego se mudó a su casa, y con la ayuda de Benet, una notaria, comenzó a retirar dinero regularmente de la cuenta bancaria del hombre.
Fuentes informaron al diario que, con la ayuda de Benet, Leiva logró otorgarse a sí misma el poder legal y se añadió a la cuenta bancaria de la víctima, incluso llegando a presentar un traspaso rápido de la propiedad que le otorgó la titularidad de la casa de $2 millones en Coconut Grove que la víctima había poseído durante más de 35 años.
El esquema fraudulento fue descubierto gracias a un vecino preocupado que notó una actividad extraña, como fiestas y grandes reuniones en la casa de la víctima, lo que le llevó a ponerse en contacto con la Fuerza de Tarea de Explotación de Ancianos y Vulnerables. Tras la muerte de la víctima en julio de 2022, Leiva intentó vender su casa por $1.6 millones.
Tanto Leiva como Benet enfrentan ahora cargos por explotación de ancianos y otros delitos. La Oficina del Secretario del Tribunal de Miami-Dade ha recordado a los ciudadanos que existen recursos disponibles para prevenir este tipo de fraudes. Sin embargo, es un servicio para el cual los individuos deben registrarse.
Por extraño e inhumano que resulte, este tipo de casos se da con bastante frecuencia en la Florida.
Al menos, durante los últimos doce meses, en dos incidentes recientes en Miami, no conectados entre sí, la explotación de los ancianos ha llegado a un punto crítico, lo que destaca la necesidad de acciones más fuertes para proteger a este segmento vulnerable de la población.
En el primer caso, Susan Rolle, una ex empleada del bufete de abogados Kahn & Kahn en Miami Beach, fue arrestada por robar a una anciana que estaba bajo su tutela. Rolle enfrenta cargos por robo mayor, fraude organizado, explotación de ancianos, emisión de instrumentos falsificados y fraude con tarjetas de crédito. Según las autoridades, realizó cargos no autorizados de casi $600 en la tarjeta de crédito de la víctima y escribió un cheque por $5,290 desde su cuenta fiduciaria.
En un incidente similar, una anciana ciega de Miami fue víctima de un fraude de $130,000 por parte de los hispanos que estaban a su cuidado.
La pareja hispana, identificados como Evelyn Dinora Lopez De Ramirez De Hernandez, de 45 años, y Yuri Hernandez, también de 45 años, llegó a la vida de la anciana a través de una agencia, contratada por la familia para proporcionar cuidado y asistencia. Sin embargo, en lugar de proporcionar la atención necesaria, los sospechosos estaban más interesados en explotar financieramente a la anciana.
El plan de los presuntos delincuentes fue descubierto cuando los familiares de la anciana en Carolina del Norte recibieron una llamada de su asesor financiero, quien les informó sobre el intento de la anciana de retirar $40,000 de su cuenta de inversión. El asesor también mencionó que escuchó a una mujer en el fondo dirigiendo a la anciana durante la llamada.
El incidente llevó a la apertura de una investigación que reveló que la anciana había transferido grandes sumas de dinero a Ramírez De Hernandez o a cuentas controladas por Yuri Hernandez.
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Todos estos hechos demuestran la vulnerabilidad de las personas mayores, quienes a menudo son objetivos de estafas y fraudes debido a sus ahorros y activos.
Las autoridades de Florida se han comprometido a procesar estos casos y proteger a las víctimas de fraude de propiedad. Sin embargo, estos incidentes subrayan la importancia de la educación y la conciencia acerca de las estafas para prevenirlas. Es esencial que los profesionales financieros y los familiares estén al tanto de estos riesgos y ayuden a las personas mayores a evitar ser víctimas de estafadores.
Las penalizaciones por la explotación de los ancianos se han vuelto más estrictas. Sin embargo, muchos casos aún no se denuncian.
Si se sospecha de un fraude, es esencial reunir pruebas, involucrar a personas de confianza, informar a los asesores financieros y denunciar a las autoridades, señala AARP. Actuar de manera proactiva puede ayudar a responsabilizar a los perpetradores y proteger a los ancianos de futuros delitos.
