Un vuelo de la Marina de México que realizaba una misión de apoyo médico terminó en tragedia frente a la costa de Texas, cuando la aeronave cayó en las aguas de la bahía de Galveston durante la aproximación al aeropuerto local, en condiciones de niebla. El accidente ocurrió el lunes 22 de diciembre y, tras las labores de búsqueda y rescate, el balance se elevó a seis fallecidos, una cifra que se consolidó después de que las autoridades recuperaran el cuerpo de la última persona reportada como desaparecida, señaló AP News.
De acuerdo con la información difundida por la Marina mexicana y recogida por medios estadounidenses, el avión participaba en un traslado coordinado con la fundación Michou y Mau, dedicada a apoyar la atención de niños con quemaduras graves. Entre las víctimas del siniestro estaba un paciente infantil, mientras que dos personas lograron sobrevivir y fueron trasladadas para recibir atención médica.
Una de las sobrevivientes, una mujer, fue sacada de los restos del avión por un buen samaritano que navegaba por la bahía de Galveston junto a su hijo de 11 años y un amigo.
“Parecía que no había ninguna posibilidad de que hubiera sobrevivientes ahí dentro”, dijo a los reporteros Sky Decker, residente de la isla.
Un video impactante grabado por su hijo, Sky Jr., y compartido con ABC13 muestra a su padre avanzando entre los escombros para llegar hasta la mujer.
“¡Ella sigue viva ahí dentro!”, se le escucha gritar en uno de los videos. Capturas del video fueron publicadas por el periodista cubanoamericano Mario Vallejo. El video, en su totalidad, puede ser apreciado en la página de BBC.
La respuesta en el agua combinó además recursos oficiales y ayuda civil. Testimonios citados por la prensa local describen maniobras contrarreloj para localizar sobrevivientes en un entorno contaminado por combustible y con visibilidad limitada, un factor que desde el inicio se colocó entre las hipótesis a considerar, destaca un medio local, Chron.
El caso abrió de inmediato un frente de investigación binacional. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB) tomó parte en la pesquisa para reconstruir la secuencia del accidente y evaluar variables como el clima, la navegación, la toma de decisiones en cabina y posibles fallas técnicas, mientras autoridades mexicanas han reiterado que informarán conforme avance el proceso.
