Un nuevo feminicidio estremeció este domingo 7 de diciembre al municipio de Madruga, en la provincia de Mayabeque. En el barrio El Matadero, la joven cubana de 26 años Estefany Reyes Gómez fue asesinada dentro de su vivienda, en un hecho que vecinos describen como un episodio de extrema violencia machista. El caso se conoció a través de la página Nio reportando un crimen, que difundió la alerta inicial y las primeras imágenes del presunto agresor.
De acuerdo con esos reportes, el principal sospechoso es su esposo, identificado como Yunior, quien habría salido recientemente de prisión. Testimonios recogidos por la propia página señalan que el ataque ocurrió mientras la madre de Estefany se encontraba en la misma casa, pero con la música alta, lo que habría impedido que escuchara lo que pasaba en la habitación donde se produjo el crimen.
En las primeras horas, algunos reportes comunitarios calificaron el hecho como un “crimen pasional”, pero esa expresión fue rápidamente rechazada por varias mujeres en los comentarios, que exigieron nombrar lo ocurrido como lo que es: un feminicidio. “No es crimen pasional, es feminicidio”, reclamó una usuaria, resumiendo el hartazgo de muchas cubanas ante un lenguaje que, consideran, suaviza la responsabilidad del agresor y borra la dimensión estructural de la violencia de género en la isla.
La publicación generó además una cadena de reacciones que apuntan hacia el sistema penal cubano. Varias personas denunciaron que los hombres con antecedentes violentos “entran y salen” de prisión con facilidad, beneficiados por rebajas de condena, y advirtieron que muchos agresores ya habían maltratado antes a sus parejas. Otros comentarios insistieron en la necesidad de penas más severas, incluida la pena de muerte, mientras no existan respuestas efectivas de prevención y protección.
Este caso se suma a un panorama ya alarmante. Las plataformas feministas independientes Yo Sí Te Creo en Cuba y el Observatorio de Género de Alas Tensas han confirmado decenas de feminicidios en lo que va de 2025 y desde hace meses reclaman que se declare un “estado de emergencia por violencia de género” en el país.
En Cuba, el feminicidio no está tipificado como delito específico en el Código Penal, y los medios estatales apenas utilizan esa palabra para nombrar los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Mientras la familia de Estefany Reyes Gómez enfrenta el duelo y la comunidad de Madruga demanda justicia, el caso vuelve a colocar en primer plano la pregunta que recorre redes y barrios: cuántas mujeres más deberán morir antes de que el Estado reconozca la magnitud de la emergencia y actúe en consecuencia.
