En medio de aplausos, togas y el orgullo desbordado de un padre cubano, el galán de telenovelas William Levy vivió uno de esos momentos que no se olvidan fácilmente: la graduación de su hijo mayor, Christopher Levy, quien culminó su etapa en la preparatoria American Heritage School de Plantation, en Florida. Con el corazón en la mano y los ojos brillosos, el actor compartió la alegría en sus redes sociales, dejando claro que, más allá de los reflectores y los sets, su papel favorito es el de padre.
“¡My Champ! No tengo palabras para describir lo orgulloso que estoy de ti”, escribió Levy en Instagram, acompañando una tierna foto junto a Christopher y su hija menor, Kailey. El mensaje rebosó emoción, admiración y un sentido de paternidad que tocó la fibra de sus seguidores. “Ver en el talentoso joven que te has convertido con ese corazón de oro ha sido una bendición”, agregó, haciendo énfasis en el esfuerzo que su hijo ha puesto tanto “dentro como fuera del campo de béisbol”.
Y es que el béisbol no es solo un deporte para los Levy: es casi un lazo de sangre. Christopher, al igual que su padre, ha demostrado una notable pasión por este deporte que en Cuba es más que una tradición, es parte del alma nacional. La publicación de Levy recibió una avalancha de reacciones y comentarios cargados de afecto. Muchos celebraron la forma tan presente y amorosa en que William acompaña a sus hijos, algo que no siempre es habitual entre figuras públicas con agendas tan apretadas.
“Al comenzar esta nueva etapa, recuerda que las lecciones que has aprendido y los recuerdos que has creado te acompañarán en el futuro. Mantente comprometido con la búsqueda de tus sueños y nunca olvides que papi siempre estará aquí para apoyarte en cada paso del camino”, zanjó.
Pero el momento no fue solo de William. Elizabeth Gutiérrez, madre de Christopher y también actriz, estuvo presente en la ceremonia y dejó ver, a través de sus propias redes, la emoción que compartió ese día. Aunque la pareja ha tenido sus altibajos y titulares encendidos por temas amorosos, esta vez lo importante fue la familia.
Este tipo de eventos suele despertar el interés de los cubanos, especialmente los de la diáspora, por dos razones clave: la conexión emocional con figuras del espectáculo y la valoración profunda del esfuerzo familiar como motor del éxito. La graduación de Christopher no solo marca el fin de una etapa escolar, sino el comienzo de una vida adulta llena de retos, decisiones y sueños por conquistar. Para muchos padres cubanos que han migrado, ver a sus hijos graduarse en otro país representa el cumplimiento simbólico del sacrificio de haber dejado atrás la isla.