Las cifras recientemente reveladas por la organización InterAmerican Trends apuntan a un significativo descenso de Cuba en la jerarquía de prioridades petroleras de Venezuela, quien solo dedica a la isla el 2% del total de exportaciones de hidrocarburos, muy lejos ya de las épocas de abundancia gozadas bajo el mandato de Hugo Chávez.
El mes de junio fue favorable para el país sudamericano que duplicó a 487 000 barriles por día (bpd) sus exportaciones de petróleo, pero a la vez redujo sus entregas de petróleo a Cuba a solo 9 740 bpd, menos de la mitad del promedio mensual de 2021, que ascendía a 21 000 bpd. Y ya este era menos de la mitad del promedio de 2020, que alcanzó los 44 000 bpd. Durante la presidencia de Hugo Chávez, Cuba llegó a recibir la friolera de 100 000 bpd.
Este es un descenso exponencial llamativo, que permite calibrar las relaciones actuales entre los países, más allá de las manifestaciones de solidaridad y sincronía ideológica en el terreno político. Venezuela apuesta por mercados concretos que le reporten ganancias contables y seguras, como China, que está recepcionando actualmente el 80% de la producción venezolana. El ALBA TCP cada vez es más un formalismo que una plataforma desarrollista.
Esta circunstancia, sumada a las constantes roturas del sistema eléctrico nacional en Cuba, que no se estabiliza a pesar de las “heroicas” labores por reparar el agotado parque de termoeléctricas, agudiza la situación energética en una isla aquejada por el calor y los apagones. El mandatario Miguel Díaz-Canel Bermúdez prometió recientemente que julio gozaría de un servicio eléctrico sin interrupciones, pero este compromiso comienza ya a hacer aguas.
España e Italia se han sumado al nuevo grupo de mercados de los hidrocarburos comercializados por Caracas, adquiriendo respectivamente el 13% y el 5% del petróleo. Estas naciones adquieren el producto a través de las empresas Repsol, de España y Eni, de la nación italiana. Ambas fueron autorizadas por Estados Unidos para comprar el crudo y el gas con vistas a compensar el embargo internacional sobre el petróleo ruso a raíz de la invasión lanzada por Putin a Ucrania. Irán igualmente es otro de los mercados del petróleo venezolano, a partir de acuerdos de trueque, pero no se conoce el porcentaje exacto que recibe esa nación medio oriental.
Venezuela experimentó por ende un alza de las ganancias netas por sus productos, que asciende a 612 millones de dólares, que aunque permanece por debajo de sus expectativas fijadas, es un incremento sustancial. Maduro prevé producir 2 millones de bpd y comercializar 830 000 en el mercado internacional. Y cada vez las cifras se acercan a la línea de deseo, haciendo más concreta e inmediata su posibilidad.
