La propaganda partidista del Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba no llega solo a Alemania en la voz de Iroel Sánchez, vocero oficialista que a cada rato se da un saltico por Alemania; sino que también llega en forma impresa.
Desconocemos si detrás de esto está la mano de Justo Cruz, un cubano residente en Alemania, desde donde de manera muy activa colabora con la isla en todo lo que se le ponga delante, pero encontrarse en Berlín, capital de Alemania, con un Granma impreso, en Alemán… vaya, ¡se las trae!
Como se diría en Alemán: ¡Das is der Hammer!
Y no es primera vez que se hace. De hecho, el Granma tiene sus «traductores» y sus «tiradas» en otros idiomas desde hace rato. Son tan reducidas, tan celosamente distribuidas y de manera tan específica que, al menos de manera testimonial y fotográfica, no hay muchas evidencias de «encuentros cercanos» o «avistamientos» de este fenómeno en plena calle.
En francés, italiano, portugués, alemán, árabe, ruso y chino. En esos 7 idiomas existía, al menos antes, el Granma, según detalla un amigo, conocedor de los entresijos de la prensa oficialista desde tiempos inmemoriales.
El hecho que aparezca ahora, en el 2022, en Alemania no deja de ser un misterio, pues de muchos es conocido que en Alemania existen grupos muy apegados al marximo y socialismo puro. Gente que valora a Cuba, desde el idilio y la añoranza – y desde el desconocimiento – como el último gran bastión de los pobres en el mundo. Que estos tengan su Granma, en alemán, no es ni siquiera difícil, tal y como está la tecnología.
El asombro del internauta cubano Milton León es legítimo. No deja de ser gracioso incluso.
¿Cómo pudo llegar a Berlín, Alemania, este Granma? ¿Quién lo llevó? ¿Quién lo imprimió? ¿Dónde?
Imposibilitados de conocer por el momento la respuesta a todas esas interrogantes, y teniendo como premisa que no se le puede recomendar a Milton que lo utilice ese Granma para lo que lo utilizarían miles de cubanos, sí podemos recomendarle – si quiere, claro – que lo conserve para una posible mudada.
Sí, el Granma es excelente para emburujarlo y meterlo dentro de las copas y vasos; para envolverlas luego, meterlas en una caja, y largarse uno; llevándose siempre presente esa máxima sabinera que reza:
«Al lugar donde has sido (in)feliz no debieras tratar de volver.»
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