La autoridades meteorológicas advierten que es probable el desarrollo de una amplia área de baja presión sobre el suroeste del Mar Caribe en pocos días.
Oscar impactó en Cuba como un huracán de categoría 1, pero la lentitud de su paso y la acumulación de lluvias causaron un aumento inesperado de los caudales de agua, que llevaron al desbordamiento del embalse Los Asientos.
Si todo no se soluciona pronto, los operadores turísticos esperan cancelaciones masivas y reprogramaciones de estancias especialmente a Varadero el popular centro turístico.
Las autoridades de la isla han decidido extender las medidas adoptadas el pasado 20 de octubre, en pleno colapso del Sistema Electroenergético Nacional.
Más de 15.000 personas fueron evacuadas antes de la llegada del huracán, con 9.000 en Imías y 6.000 en San Antonio del Sur, pero las inundaciones repentinas superaron las expectativas. Las aguas subieron rápidamente, alcanzando hasta un metro de altura en varias áreas, arrasando viviendas y destruyendo infraestructuras clave. En Imías, muchas familias tuvieron que ser evacuadas de emergencia debido a la crecida súbita de los ríos.
Según los informes de la Unión Eléctrica (UNE), un 30% de la población continúa sin electricidad, concentrándose en las provincias orientales, donde la situación es más crítica. Este apagón, que comenzó el pasado 18 de octubre, ha dejado al país sumido en la oscuridad, afectando tanto la vida cotidiana como la actividad económica.
El país ya se encontraba sumido en una grave crisis energética, con apagones prolongados que han afectado a la mayoría de los cubanos durante las últimas semanas. La tormenta no ha hecho más que agravar esta situación, sumiendo a las provincias orientales en un caos energético aún mayor.
El mandatario Díaz Canel culpó al gobierno estadounidense de la fata de combustible, que según reconoció es la causa principal de la desconexión del sistema eléctrico nacional.