La propuesta, presentada en Miami por el diputado ucraniano Maryan Zablotskiy, incluye el envío a Cuba de los cuerpos de 41 nacionales identificados como muertos en combate del lado ruso, y condiciona la salida de prisioneros a un gesto simultáneo del régimen hacia parte de los más de mil encarcelados por motivos políticos en la isla.
La familia insiste - señala Telemundo51 - en que no justifica su presencia en el frente, pero pide un retorno que permita “poner la vida en pausa” y evaluar responsabilidades en casa.
Desde el proyecto “Quiero Vivir” ya se han identificado los nombres de al menos 1.028 cubanos, pero se estima que la cifra real de ciudadanos contratados podría superar los 20.000.
el mercenario cubano asegura que, aunque vive en cautiverio, sus condiciones alimenticias han mejorado notablemente. Una realidad que no solo expone las penurias de Cuba, sino también el engaño al que son sometidos muchos de sus ciudadanos bajo promesas de mejores oportunidades.
Para los cubanos atrapados en este conflicto, el "sueño ruso" se ha convertido en una pesadilla interminable. Muchos de estos individuos fueron reclutados bajo promesas engañosas de empleo y ciudadanía, encontrándose posteriormente en zonas de conflicto sin posibilidad de regresar a Cuba.
Las mujeres ucranianas apelan a la solidaridad y los lazos históricos de amistad y cooperación entre Ucrania y Cuba, recordando actos de apoyo mutuo como la ayuda de voluntarios cubanos en Chernobyl, el tratamiento médico de niños ucranianos en Cuba y la formación educativa de ingenieros cubanos en Ucrania.
Este caso subraya la complejidad y los riesgos de los esquemas de reclutamiento en conflictos internacionales, especialmente cuando se involucran vulnerabilidades económicas y promesas de movilidad social a través de la naturalización. La falta de transparencia y el abuso evidente en este proceso destacan la necesidad urgente de una mayor regulación y supervisión de tales prácticas para proteger los derechos de los individuos reclutados bajo falsas premisas.
Un joven cubano identificado como Ricardo Rodríguez, de 24 años, un joven habanero residente en la barriada de San Leopoldo, sería la - tristetemente por ahora - última víctima cubana en este conflicto ajeno
Este reciente descubrimiento subraya la continua y peligrosa implicación de ciudadanos cubanos en el conflicto, atrapados entre las líneas de fuego de una guerra que se extiende más allá de sus fronteras nacionales.