En el sombrío teatro de la guerra en Ucrania, la presencia de mercenarios cubanos ha emergido como un fenómeno lamentablemente recurrente. Recientemente, la tragedia tocó a dos cubanos más, Leonel Fundichely Duquesne y Denis Frank Pacheco Rubio, quienes perdieron la vida luchando en el lado de las fuerzas rusas. Este incidente ha reavivado el debate sobre las tácticas de reclutamiento que Rusia ha empleado para atraer a jóvenes cubanos al conflicto.
El teniente coronel ucraniano Cirilo Veres reveló que estos cubanos formaban parte de las tropas en el este de Ucrania, mostrando pruebas como identificaciones y una licencia de conducir halladas entre las pertenencias de los fallecidos. Las fuerzas ucranianas recuperaron los cuerpos después de enfrentamientos intensos, destacando que al menos 16 cubanos combatían junto a los invasores rusos en ese sector del frente.
Se desconoce si en el ataque, fue donde murió también el exagente de la Seguridad del Estado, identificado como Mario Alberto Céspedes Pérez. Céspedes Pérez, se conoce, murió en Ucrania siendo parte de las Fuerzas Armadas de Rusia, tal y cómo lo eran al momento de su muerte, Leonel Fundichely Duquesne y Denis Frank Pacheco Rubio. Según CubaNet, este soldado terminó siendo víctima de un ataque con drones, el pasado 14 de mayo.
El reclutamiento de cubanos para combatir en Ucrania no es un fenómeno nuevo. Reportes indican que desde mayo del año pasado, una red se ha dedicado a enrolar cubanos para las Fuerzas Armadas de Rusia, ofreciéndoles salarios atractivos, ciudadanía rusa y otros beneficios. Sin embargo, muchos de estos jóvenes, por no decir todos, han terminado engañados. Ahora se encuentran en situaciones precarias, sin el dinero que se le prometió y sin la prometida ciudadanía rusa.
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La comunidad internacional y los medios de comunicación han denunciado todas estas prácticas, resaltando la situación desesperada de los reclutas cubanos que, atraídos por promesas económicas, se encuentran atrapados en un conflicto violento y lejos de casa. Además, se ha reportado que algunos reclutados firman contratos sin una traducción adecuada al español y sin comprensión clara de lo que están aceptando.
Figuras dentro del activismo y la oposición en Cuba han denunciado en diversos foros esta situación.
El pasado 16 de junio, la activista Carolina Barrero le envió un mensaje vía Twitter, mediante video, a los jóvenes cubanos desde el frente ucraniano y los alertó sobre el riesgo de ser parte de las Fuerzas Armadas de Rusia.
Barrero, desde la localidad de Mykolaiv, en Ucrania, les dijo:
“Del otro lado de este frente hay jóvenes cubanos que fueron reclutados para pelear del lado equivocado de la historia. Cuba, el país que debería protegerlos, los envía a morir; son peones de la geopolítica corrupta entre el régimen de La Habana y la Federación Rusa.
“No se dejen engañar, a Rusia los envían a morir, los usan como carne de cañón. Nuestra lucha es la lucha por la libertad, no la del sometimiento de otro pueblo al imperio del mal, nuestra lucha es la misma que la del heroico pueblo de Ucrania”, agregó.
Hace apenas unas horas, otra activista, Irma Broek, publicaba en su perfil de Facebook una historia similar de conmovedora: unas disculpas ofrecidas a una vecina suya, ucraniana.
«Ahora mismo tuve una compañera de trabajo en mi casa, para tomar un café, es Ucraniana, siempre hablamos de los oprobios de esa Guerra, le conté que hay cubanos mercenarios que les sirven a Putin de carne de cañón, me disculpe por mi y por los cubanos de a pié que no tenemos absolutamente nada que ver con esa decisión, también le dije que los que han caído y seguirán cayendo no me duelen en lo absoluto, saben a que van y van dispuestos a matar inocentes por dinero!
«Son una mancha para nuestra Patria, una VERGÜENZA!!!,» concluyó diciendo.
El post fue acompañado con una foto de Leonel Fundichely Duquesne, uno de los últimos cubanos fallecidos en esa injusta guerra.