Según el proyecto “Quiero Vivir” de la inteligencia militar ucraniana, se han identificado 1.028 cubanos que firmaron contratos con las Fuerzas Armadas rusas entre 2023 y 2024.
La información, compartida por medios locales, también revela los esquemas utilizados para reclutar e involucrar a ciudadanos cubanos en la guerra contra Ucrania. Moscú estaría reclutando activamente a extranjeros, entre ellos cubanos, nepalíes, ciudadanos de Sri Lanka e individuos provenientes de países de Asia Central.
La inteligencia ucraniana considera a los mercenarios cubanos como la “columna vertebral” de esas fuerzas extranjeras enviadas al frente para combatir junto a Rusia en su ofensiva militar.
Desde el proyecto “Quiero Vivir” ya se han identificado los nombres de al menos 1.028 cubanos, pero se estima que la cifra real de ciudadanos contratados podría superar los 20.000.
Sin embargo, muchos de estos reclutas no son informados del verdadero propósito de su viaje a Rusia. Llegan con promesas de empleo en almacenes, construcción o seguridad, con salarios estimados entre 2.000 y 2.500 dólares, cifras consideradas astronómicas en comparación con el sueldo base en Cuba. A esto se suma la promesa de obtener un pasaporte ruso.
La realidad cambia drásticamente al llegar al país: muchos son enviados al frente sin preparación militar adecuada. Una vez obtenida la ciudadanía, el Kremlin puede disponer de ellos como soldados, y en muchos casos, son movilizados más allá del periodo establecido en sus contratos iniciales.
A pesar de que, tras conocerse la existencia de esta red de reclutamiento ilegal, el gobierno cubano anunció procesos legales contra los supuestos reclutadores —incluido el desmantelamiento en 2023 de una red de 17 personas vinculadas al tráfico de personas para combatir por Moscú—, informes de inteligencia ucraniana y medios locales advierten que el reclutamiento no ha cesado, sino que continúa en aumento.
Desde Ucrania se ha instado a las autoridades cubanas a detener el envío de sus ciudadanos a la guerra. Mientras tanto, el presidente Miguel Díaz-Canel, junto a su esposa, la no primera dama Lis Cuesta, viajaron a Rusia para participar el 9 de mayo en las celebraciones por el aniversario de la victoria sobre el fascismo, acompañados por un nutrido séquito oficial.