Esta decisión sirve además como un recordatorio de la importancia de preservar nuestra herencia cultural frente a las presiones del desarrollo moderno
Con un imponente vestido rosa y con la frescura que la caracteriza, Ana de Armas recibió el momento más esperado por ella, posiblemente en mucho tiempo.
Los que la han juzgado basados en los escasos adelantos que hasta ahora se han visto, probablemente no hayan reparado en el parecido físico logrado por la actriz, después de someterse a duras pruebas con su cabello para tapar el castaño oscuro que le es natural; como tampoco habrán notado la potente y sentida representación que demostró en apenas unos segundos de publicidad fugaz.