Lo que no pasó con el Hotel Deauville en Miami Beach, ha pasado con la icónica residencia de Marilyn Monroe en Los Ángeles. La casa ha sido oficialmente declarada como un monumento cultural histórico, salvándola de la inminente demolición.
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La casa, situada en el prestigioso barrio de Brentwood, se convirtió en un tema de controversia cuando se presentó una solicitud para su demolición. Sin embargo, la reciente decisión del Consejo de la Ciudad de Los Ángeles garantiza la preservación de este emblemático inmueble.
El inmueble, una casa de estilo hacienda español, fue el último hogar de Marilyn Monroe, la legendaria actriz y símbolo sexual de los años 50 y 60.
Monroe compró la casa en 1962 y vivió allí hasta su trágica muerte el mismo año. La noticia de la solicitud de demolición desató una ola de indignación y protestas de los fanáticos y defensores del patrimonio histórico, quienes consideraban la casa como un sitio de gran importancia cultural y sentimental.
En una sesión reciente, el Consejo de la Ciudad de Los Ángeles votó unánimemente a favor de designar la propiedad como un monumento cultural histórico.
Esta designación no solo protege la casa de ser demolida, sino que también asegura su preservación para las futuras generaciones. El concejal Traci Park, quien lideró la iniciativa, declaró que la casa es «un símbolo tangible del legado duradero de Marilyn Monroe en nuestra cultura».
La decisión también refleja una tendencia más amplia en Los Ángeles y otras áreas urbanas, donde los compradores adinerados a menudo adquieren propiedades históricas solo para demolerlas y construir nuevas residencias.
Este fenómeno ha generado debates sobre la importancia de preservar el patrimonio cultural frente al desarrollo inmobiliario. Según un artículo de Town & Country, muchos compradores ricos ven la demolición de casas antiguas como una oportunidad para construir viviendas modernas y personalizadas, sin considerar el valor histórico de las propiedades.
El caso de la casa de Marilyn Monroe es emblemático de esta tensión entre desarrollo y preservación. Los defensores del patrimonio han argumentado que la preservación de lugares históricos es esencial para mantener la identidad cultural de una ciudad. La casa de Monroe no solo es importante por su arquitectura, sino también por su asociación con una de las figuras más influyentes del siglo XX.
La noticia de la designación de la casa como monumento cultural histórico ha sido recibida con alivio y alegría por parte de los fanáticos de Monroe y los historiadores culturales. Esta decisión garantiza que la casa seguirá siendo un sitio de peregrinación para aquellos que desean rendir homenaje a la vida y legado de Marilyn Monroe.