Esta joven madre cubana, identificada como Yasmin Bell Aguilera, explicó en su publicación hecha en Facebook, que su hijo nació vivo, por cesárea, un día no precisado a las cinco de la tarde; y que tres horas, cuarenta minutos después, le notificaron que había muerto. Según alega, en ese transcurso de tiempo ni a ella ni a sus familiares les mostraron el bebé.
Según informes preliminares, el bebé, que tenía 37 semanas de gestación, fue encontrado sin vida, aparentemente como resultado de un aborto espontáneo. Sin embargo, las circunstancias exactas de este evento están siendo objeto de investigación, ya que se ha planteado la posibilidad de intervención externa en el trágico suceso.
La noticia del tratamiento de la hija de Peña es un rayo de esperanza en medio de la lucha por los derechos de los pacientes en Cuba. Refleja cómo la acción colectiva y la persistencia pueden llevar a cambios significativos, incluso en situaciones desesperadas.
Si bien este tipo de conducta y actitud asumida por la madre cada vez es más reprochable entre las nuevas generaciones, todavía hay quien acepta y aplaude la enérgica forma en que esta madre fue a recoger a su hijo.
El abogado del niño, la letrada Angela Cunningham argumentó durante su comparecencia inicial ante el tribunal el miércoles que la fianza debería reducirse de $50,000 a $100.