El contraste se vuelve más áspero cuando se amplía el foco. La eliminación de USAID no solo cambió un organigrama; desactivó programas que durante décadas sostuvieron vacunaciones, controlaron brotes y financiaron redes comunitarias.
Cronológicamente, el relato puede compactarse así: fase de organización y avisos (21–26 de octubre); intensificación rápida y entrada en Jamaica como categoría 5 con devastación histórica (28 de octubre); tránsito al norte de Haití con lluvias letales y desplazamientos masivos (28–29 de octubre); impacto en el oriente cubano como categoría 3 con daños severos y apagones extensos (noche del 29 al 30); salida al Atlántico occidental, paso por Bahamas con degradación a categoría 2 y amenaza a Bermuda (30 de octubre). Cada tramo dejó huellas propias: en Jamaica, el récord meteorológico; en Haití, la vulnerabilidad crónica exacerbada por lluvias; en Cuba, el choque de un sistema de por sí agotado con un evento extremo; en Bahamas, la reiteración de un patrón: aunque el ojo se vaya, el mar se queda; y este a la postre hace más daño que los vientes. Remember Katrina.
Melissa deja 31 muertos en Haití y 19 en Jamaica. Haití declara emergencia; hay desaparecidos y heridos. ONU, UNICEF y Cruz Roja movilizan ayuda al Caribe.
La isla, mientras tanto, trata de recomponerse con sus propias fuerzas. Defensa Civil movilizó evacuaciones masivas y brigadas de reparación eléctrica, pero el deterioro previo de la infraestructura complica una recuperación rápida. En un Caribe que intenta reponerse de un evento extremo, Melissa deja al descubierto no solo casas destruidas y puentes caídos, sino relaciones bilaterales rotas en el peor momento para miles de familias.
En síntesis: Humberto ya está en el mapa (lejos, pero influyente); 94L es el actor cercano que pondrá la lluvia sobre Cuba oriental y, por arrastre e interacción con un frente débil, mantendrá jornadas húmedas y tormentosas en el sur de Florida. Siga los boletines del NHC, del WPC y de su servicio meteorológico local para actualizaciones de corto plazo y posibles avisos por inundaciones.
Estas acciones están afectando tanto a quienes buscan ingresar por primera vez a Estados Unidos como a quienes, siendo ya ciudadanos o residentes, se sienten objeto de vigilancia y sospecha.
Por ahora, no hay confirmación oficial sobre cómo se aplicarían estas medidas ni cuándo se harán efectivas, pero la posibilidad de que Cuba y Haití enfrenten nuevas restricciones genera incertidumbre en comunidades migrantes y sectores económicos vinculados al turismo. En caso de concretarse, este veto podría tener un impacto considerable en la ya debilitada economía cubana, altamente dependiente del ingreso de visitantes extranjeros.
A principios de este mes fue noticia como más de 250 cubanos que se encontraban atrapados en Haití seguían demandando al gobierno de Miguel Díaz-Canel una evacuación humanitaria con carácter urgente.
Aunque la acción es positiva, resalta una constante en la política exterior cubana: una reacción lenta y a veces insuficiente ante las crisis que afectan a sus ciudadanos en el extranjero.
Aunque MacDonald señala que Cuba, si bien no es un Estado fallido, está significativamente debilitada. Se enfrenta a persistentes luchas económicas exacerbadas por las sanciones de Estados Unidos, la corrupción y la mala gobernanza.
El anuncio se produce cuando Estados Unidos se prepara para el fin de la política del Título 42 y un posible aumento posterior en los cruces fronterizos ilegales. Estados