Después de una intensa batalla, Amanda Lemus Ortiz, una niña cubana, recibió la visa humanitaria en febrero de este año que le permitió atenderse fuera de Cuba tras haber esperado durante un año un trasplante de hígado en la Isla.
Aunque la pequeña aun no despierta, “pasó la noche bien, todo lo que debe ser monitoreado está siéndolo y la disposición para que todo continúe avanzando está”.
La campaña, que logró reunir alrededor de 22 mil dólares gracias a la solidaridad de personas de todo el mundo, había enfrentado un periodo de incertidumbre.
La historia de Amanda no solo ha sido un llamado a la acción para mejorar su situación, sino también ha destacado la solidaridad y el apoyo comunitario en tiempos de necesidad. A pesar de las adversidades, la determinación de su familia y el apoyo de la comunidad internacional han brindado esperanza para Amanda y otros niños en situaciones similares.