En Las Cruces, el problema se ha vuelto un símbolo del sálvese quien pueda: válvulas manipuladas, vecinos que se organizan por su cuenta, otros que quedan fuera del reparto de facto y una comunidad entera dependiendo de que “alguien abra nuestra válvula” para ejercer un derecho tan básico como abrir la pila y encontrar agua potable. Mientras tanto, los días siguen sumando.
La empresa Aguas de La Habana ha señalado que trabaja para devolver ese recurso a los habaneros pero que en medio de las reparaciones en La Cuenca Sur se reportó el " colapso" en una " conductora".
Unas quince familias, alrededor de cincuenta personas, pasaron la madrugada del lunes en la acera, rodeadas de sus pertenencias y sin un lugar seguro donde dormir. Los funcionarios municipales que se acercaron al lugar les informaron que no había sitio disponible para reubicarlos de manera inmediata, lo que dejó a los afectados a la intemperie, sin comida ni agua, y con la incertidumbre de no saber a dónde ir.
Cinco noticias. Una suena a modernización, otra a milagro, y una tercera a sentencia. Todas, a su modo, confirman lo mismo: el modelo cubano no aguanta más. ¿O sí?
Mientras los problemas persisten y las soluciones se postergan, la vida de millones de cubanos se convierte en una lucha constante por acceder a servicios esenciales que, en otros lugares, se dan por garantizados.
La crisis del agua en Cuba ha llegado a un punto crítico. La falta de infraestructura adecuada, la escasez de combustible y la ineficiencia en la distribución están afectando gravemente a la población.
El descontento por la falta de agua no se limita a La Habana. En la provincia de Ciego de Ávila, los residentes también salieron a las calles para manifestarse contra las constantes interrupciones en el suministro de agua y los prolongados apagones. Y también en Caibarién.
Además del mal estado de la infraestructura, la falta de inversión y el envejecimiento de los sistemas hidráulicos complican aún más la situación. En La Habana, el 58% del agua que se bombea se pierde debido a fugas y roturas en las tuberías, lo que agrava la ya crítica situación.
"Es un horror trabajar así. Estamos sin aire acondicionado hace semanas y ahora no hay agua”, dijo una trabajadora del aeropuerto que pidió el anonimato.
La creatividad cubana en la gestión de la crisis del agua y la energía no solo es un testimonio de la resiliencia del pueblo cubano, sino también una llamada de atención sobre la necesidad urgente de reformas estructurales y mejoras en la infraestructura para garantizar el acceso a servicios básicos esenciales para la calidad de vida y la salud pública.
A pesar de estos desafíos, se enfatiza la necesidad de promover la medicina natural como la principal alternativa frente a la escasez de medicamentos convencionales en Cuba.