Si Centro Migratorio en Krome es duro, conoce la propuesta para abrir en los Everglades: «Alligator Alcatraz»

Si pensabas que el centro de detención de Krome era lo más duro en materia migratoria en Florida, prepárate para lo que se avecina: el fiscal general del estado, James Uthmeier, ha propuesto transformar un aeropuerto abandonado en pleno corazón de los Everglades en un nuevo centro de detención para inmigrantes, al que ya bautizó con el inquietante apodo de «Alligator Alcatraz» (el Alcatraz de los caimanes).

Según Uthmeier, se trata de una antigua instalación aeroportuaria de entrenamiento, conocida como Miami-Dade-Collier Training and Transition Airport, ubicada en medio de los manglares, entre pitones y caimanes, justo a la altura del Tamiami Trail. El lugar, que abarca unas 30 millas cuadradas (cerca de 77 kilómetros cuadrados), está «prácticamente abandonado» pero cuenta con pistas pavimentadas y espacio suficiente para levantar un macrocentro de detención capaz de albergar hasta 1,000 inmigrantes indocumentados.

“El gobernador pidió identificar sitios para nuevos centros temporales de detención, y este me parece el mejor: lo llamo el Alcatraz de los caimanes”, declaró el fiscal en un video publicado en su cuenta de X (antes Twitter). Y con una lógica que ha provocado más de una ceja alzada, Uthmeier añadió: “No hay que invertir mucho en cercas o muros. Si alguien escapa, no encontrará otra cosa que pantanos, caimanes y pitones. No hay adónde ir”, expresó.

La comparación con Alcatraz, la mítica prisión ubicada en una isla de la bahía de San Francisco, no es gratuita. Famosa por haber sido considerada una de las cárceles más seguras e imposibles de escapar del mundo, Alcatraz albergó a reclusos como Al Capone y fue cerrada en 1963. Su aislamiento geográfico la convirtió en símbolo del encierro absoluto.

Ahora, Uthmeier sugiere una versión pantanosa de ese mismo concepto, donde los reptiles serían los nuevos muros de contención, y su propuesta ya ha comenzado a generar críticas.

El reportero de CBS News y escritor, George Wolf, recordó que Uthmeier es el mismo que sugirió a los choferes que atropellaran a manifestantes (contra Trump); y en igual sentido (pareciera), aunque con emoji y gif, se expresó Melissa Hallman.

Sin embargo, urge recordar que este tipo de propuestas espectaculares ya han tenido antecedentes tan mediáticos como desastrosos. Basta recordar lo que ocurrió hace unos meses con el envío de inmigrantes a la base naval de Guantánamo, en Cuba. La medida fue presentada como una solución de emergencia y un mensaje de fuerza, pero acabó siendo un error monumental: moralmente controvertido y económicamente inviable, que provocó duras críticas dentro y fuera del país.

Buena parte de la crítica moral vino de organizaciones defensoras de derechos humanos, que denunciaron que utilizar Guantánamo para retener migrantes era una señal preocupante del rumbo autoritario que tomaba la política migratoria; pero es que el plan, además y fundamentalmente, fracasó en términos prácticos: el costo por detenido superó los 100.000 dólares diarios vs los aproximadamente 165 USD diarios en centros estándar de ICE, según reveló durante una audiencia ante el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado en mayo de 2025, el senador Gary Peters.

El descomunal gasto financiero —más de 600 veces el costo de un centro promedio—, junto con informes que detallan más de 40 millones de dólares gastados en apenas el primer mes para albergar a solo 87 personas, convirtieron la iniciativa en un ejemplo evidente de mala planificación. El lugar apenas alojó a unas pocas centenas de migrantes antes de ser calificado oficialmente como “insostenible”. Se destinaron millones en logística, transporte y seguridad para terminar improvisando lo que ya desde el inicio se perfilaba como una mala idea.

Ahora, con esta nueva propuesta en los Everglades, algunos temen que estemos ante una repetición del mismo error: proyectos que suenan duros, pero que al final no son ni eficientes, ni sostenibles, ni humanos.