La cantante cubana Seidy La Niña pareció lucir en redes sociales la compra de un nuevo automóvil de lujo, nada más y nada menos de un Rolls-Royce. El carro aparece en un video donde la artista responde a las críticas de un usuario, mientras se monta en este extravagante vehículo como si fuera propio. “¡Qué ridiculez! Enfócate en tu talento”, decía la crítica.
En un tono irreverente, Seidy La Niña muestra su supuesto Rolls-Royce de color negro mate y responde al comentario. “¿Tú te piensas que, después de todo mi sacrificio musical, yo voy a dejar que me quiten mi Rolls-Royce? No, mi amor”, dijo la cantante, cuidando no excluir la mención a la marca del vehículo.
“A mí me ha costado mucho trabajo, mucho sacrificio, para venir a regalarle esto a alguien. Yo estoy concentrada en mi música, en mi arte, en seguir haciendo money, mi amor. Dinero. ¡Y no pienso discutirlo con nadie!”, finalizó Seidy su video.
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La artista no demoró en recibir los elogios de sus seguidores. “Te vi en la nada, pobre, y ahora estás en la gloria, disfrutando lo que te costó mami. Te aplaudo. Muchas quisiéramos. ¡A gozar, Seidy!”; “Disfruta cada éxito, no te lleves por la gente, uno tiene que sentirse bien y cumplir cada meta. Excelente trabajo”; “Eres grande, mulata”, se lee entre los comentarios más entusiastas.
Pero, como era de esperar, otros usuarios optaron por criticar a la cantante, quien recibió burlas por supuestamente mostrar un vehículo de lujo que es de su propiedad. “Niña, ¿qué Rolls-Royce, por favor? ¿De dónde? ¿De los conciertos? ¿Dónde estás cantando? Ponte para tu carrera”, se lee en uno de los comentarios más ácidos.
El mensaje llamó la atención de la propia Seidy La Niña, quien respondió con buenas dosis de ironía y humor: “Ernesto me lo compró”, comentó la irreverente “Mulatica de Cuba” en una referencia a su más reciente canción “Ernesto”. Sin embargo, la artista no llegó a confirmar ni desmentir que el auto de lujo fuese propio, tal y como infiere en su video de Instagram.
Un Rolls-Royce es mucho más que un automóvil: es sinónimo de lujo extremo, elegancia clásica y artesanía impecable. Es la marca que viene a la mente cuando se piensa en lo más exclusivo del mundo automotriz. En Miami pueden alcanzar precios que, según el modelo y el año de fabricación, rozan el medio millón de dólares
