Hacía ya un tiempo que no le veíamos, incluso antes de la pandemia, pero el actor y comediante cubano Rigoberto Ferrera no se ha marchado del país. En lo que ha considerado como una vuelta al espacio público digital, el artista dijo estar dispuesto a recuperar a sus fans y pedirles que le ayuden a alcanzar mayor y nueva visibilidad para su trabajo.
“No me interesa en estos momentos hacer televisión y eso siempre motiva a especulaciones del tipo se murió, se fue o se apagó”, dijo el actor a Cuballama, luego de insinuar que no contaba hasta ahora con planes migratorios: “Estar en Cuba es una decisión familiar”, detalló.
El carismático intérprete aseguró tener admiradores en todo el mundo y que a ellos les pedía un SOS para reconectar su carrera con el imprescindible entorno virtual. Además, explicó que se mantuvo únicamente al tanto de las redes hasta hace unos pocos meses cuando empezó a explorarlas y “me di cuenta de que muchas generaciones que me seguían se habían ido de Cuba y decidí recuperarlos.
“No se trata de un challenge”, advirtió el comediante sobre sus intenciones de reconectar con el público en las redes y aumentar los hasta ahora 1533 seguidores de su página. Luego de excusarse por las condiciones de la conexión en Cuba, el humorista mencionó su idea de que cada persona interesada compartiera un video promocionando su página y pidiendo que la siguieran. “En la unión está la fuerza”, recordó.
Al llamado virtual de Rigoberto Ferrera han reaccionado no solo sus fans, sino también una constelación de estrellas cubanas en el exilio como Carlos Enrique Almirante, Rachel Cruz, Los Pichy Boys, Zajaris y otros tantos. Esta última actriz compartió en sus redes el mensaje de Rigoberto y aseguró que se trataba de “uno de los seres más brillantes” que conocía.
De hecho, los cubanos que disfrutaron de sus chistes o lo pudieron ver en alguna telenovela, presentando un espacio televisivo, o en el teatro y el teatro, podrán confirmar su talento y sobre todo la calidad de su arte. En los casi 30 años de carrera profesional que está por cumplir el humorista ha resaltado también su manera de combinar cada interpretación con la música. Además de contar chistes, Rigoberto puede tocar el piano y cantar con exquisita afinación, una aptitud que mucho mérito le ha regalado a su trabajo.
No obstante, Rigoberto Ferrera evadió al cuestionamiento de Cuballama sobre el estado actual de humor cubano. Su valoración prefirió guardarla por algún motivo que tampoco quiso revelar, pero sí aconsejó entre risas que las nuevas generaciones “necesitan refuerzos”.
Entre sus espectáculos y unipersonales de mayor éxito se encuentran Cuando el Rigo suena, Échale la culpa a Rigo, Sabor bohemio y Rigoberto.com, entre otros donde combina el clásico choteo costumbrista cubano con la crítica a la sociedad y el llamado a la reflexión.
Precisamente, la crítica social se ha vuelto más rancia en Rigo durante los últimos años y así se ve en esta nueva etapa de su carrera, más concentrada en las redes sociales y en la posibilidades que otorgan. Temas como La Habana sumida en ruinas, los contenidos del noticiero de la televisión, los precios de los cigarros y la grave escases de comida han sido objeto de sus publicaciones. En uno de sus post más recientes, donde se le ve realizando lo que pareciera ser una simpática escaramuza de combate, escribe el actor que “un nuevo arte marcial se avecina en Cuba: «El Mi-E-DO, el camino de la humildad combativa. El maestro ostenta la cinta amarilla, color que simboliza el máximo de conocimientos en este arte”, bromea.
