Tras la reelección de Miguel Díaz-Canel para un segundo período en la presidencia de Cuba, el mandatario dejó casi intacto su gabinete de gobierno y solo sustituyó de sus cargos a cuatro ministros incluyendo al de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, el cambio más llamativo.
El puesto que hasta ayer ocupó Rodrigo Malmierca fue cedido a un hombre de la vieja guardia del poder en la isla, Ricardo Cabrisas, quien además mantiene su posición como vice primer ministro.
Cabrisas, de 86 años, había sido titular de Economía y Planificación entre 2016 y 2018 en sustitución de Marino Murillo y es considerado una figura clave en las renegociaciones de la deuda externa de Cuba.
Los otros ministerios donde se anunciaron movimientos para los siguientes cinco años de mandato de Díaz-Canel en Cuba son los de Educación, Educación Superior y de Finanzas y Precios, todos considerados cambios menores o cosméticos por la mayoría de analistas.
En una jornada donde no hubo sorpresas, el nuevo parlamento apostó de manera unánime por la continuidad de un gobierno que tiene sumida a la isla en su peor crisis económica de las últimas décadas, y que hasta el momento no ha presentado un plan para corregir el fracaso de la reforma implementada en 2021, la llamada Tarea Ordenamiento.
Luego del descalabro provocado por la pandemia de COVID-19, ningún sector de la economía en la isla ha mostrado señales de recuperación, pero eso no ha costado el cargo a los ministros de Economía, Construcción, Turismo, Agricultura, Comercio Interior o al titular de la Industria Alimentaria.
Varios expertos coinciden en que la élite del poder en la isla antepone la lealtad a los resultados y la eficiencia a la hora de sopesar la nomenclatura porque la crisis no les afecta; quien pagará con sacrificios, apagones y hambre el inmovilismo será el pueblo cubano.
