En un país donde las cifras oficiales suelen ser objeto de polémica, recientes informes revelan datos alarmantes sobre la incidencia de feminicidios, delitos sexuales contra menores y crímenes vinculados al ganado en Cuba. Estos números, aunque parciales, reflejan una compleja realidad de violencia e impunidad en la isla.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) incluyó por primera vez a Cuba en su informe anual sobre feminicidios en la región. Según datos oficiales, 60 mujeres fueron asesinadas por violencia machista en 2023, cifra que contrasta con los 87 feminicidios reportados por ONG y medios independientes como 14ymedio. Esto sitúa a la isla con la tercera tasa más alta de feminicidios en América Latina, solo superada por Honduras y República Dominicana.
El informe de la Cepal indica que un 83,3% de los feminicidios en Cuba fueron perpetrados por parejas o exparejas, reflejando una tendencia común en la región. A pesar de los avances en políticas públicas, el organismo advierte que la falta de sistemas efectivos de registro y denuncia sigue siendo un obstáculo crítico para enfrentar la violencia de género.
Violencia sexual contra menores: el horror silencioso
En Las Tunas, la Fiscalía Provincial ha documentado un preocupante aumento de las agresiones sexuales contra menores, con 27 casos registrados en lo que va de 2024. Según Lisbet Pavón Marchán, fiscal jefa de Procesos Penales, estos crímenes suelen ocurrir en entornos familiares o cercanos, lo que dificulta la denuncia por parte de las víctimas, detalla el oficialista Periódico 26.
Las edades más vulnerables son entre los 8 y 12 años, un período en que las niñas empiezan a desarrollar sus cuerpos. «El abuso se sustenta en la confianza excesiva de los padres hacia personas cercanas», explicó Pavón, quien también señaló que muchas víctimas solo denuncian cuando el agresor ya no representa una amenaza.
Los efectos psicológicos de estos delitos son devastadores. Expertos como Carlos del Risco Gamboa, jefe de Salud Mental en Las Tunas, advierten que las víctimas enfrentan problemas de confianza, frustración en relaciones de pareja y enfermedades relacionadas con el estrés, además de un impacto severo en su desempeño académico y social.
Crímenes asociados al ganado: una crisis multifacética
Otro ámbito donde los delitos han proliferado es el sector ganadero. En 2024, más de 4.500 cubanos fueron procesados por delitos relacionados con el hurto y sacrificio ilegal de ganado, según el Ministerio del Interior. Estas cifras reflejan no solo la actividad delictiva, sino también el deterioro estructural de la ganadería en la isla, una industria que antes fue floreciente.
El coronel Manuel Valdés, jefe del Órgano de Enfrentamiento de la Dirección Técnica de Investigaciones (DTI), del Ministerio del Interior (MININT), compareció en el programa oficial televisivo Hacemos Cuba y dijo que se han ejecutado más de 6.000 acciones de enfrentamiento y prevención, que incluyen el corte de 902 procesos investigativos y la neutralización de 9.005 individuos, el 52% con medidas penales.
Diario de Cuba cita al campesino Miguel Valdés Carmenate señaló que la ganadería está «barranca abajo» debido a años de políticas ineficaces y falta de recursos. Aunque las autoridades han intensificado las medidas de control, críticos argumentan que la intervención estatal limita la autonomía de los productores y perpetúa la crisis.
La combinación de estos problemas evidencia un sistema judicial y social incapaz de responder adecuadamente a las diversas formas de violencia que afectan a los ciudadanos. Desde los feminicidios hasta los abusos sexuales y los delitos económicos, el denominador común parece ser la falta de transparencia, recursos y voluntad política para abordar las raíces del problema.
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