La producción de confituras para la venta en el mercado minorista nacional podría fortalecerse a partir de septiembre, cuando comience a funcionar la empresa mixta Proxcor S.A, cuya producción se estima en 17 mil toneladas anuales.
Según los estudios realizados por expertos del sector y compartidos por los medios locales, la empresa de Caibarién, en la provincia de Villa Clara, generaría productos que solo cubrirían el 30 por ciento de las demandas actuales, cuando se ha visto reducido a niveles muy bajos la fabricación y venta de confituras dentro de la red comercial estatal, por causa de la ausencia de materias primas.
La empresa mixta cubano-eslovaca cuenta con tecnología de países como Alemania, Italia y Dinamarca, mientras que su inversión inicial para su recuperación fue de 40, 9 millones de euros. Después de su puesta en marcha se espera que elabore sorbetos, galletas y hasta cereales y caramelos, los productos comestibles que hasta hace unos años ocupaban la línea productiva principal de La Estrella, su homóloga habanera que desde hace años se encuentra prácticamente fuera de circulación debido a la falta de insumos.
Según explicó al diario 5 de septiembre Elena Quintana Graverán, la vicegerente general de Proxcor S.A, las producciones de su empresa pretenden extenderse por todas las provincias del país, así como ayudar en la sustitución de importaciones y “lograr un nivel de aseguramiento de las confituras en Cuba”, lo cual hasta este momento se encuentra en manos de una red particular creada a causa de la poco abastecimiento estatal.
En los días que corren, la mayor parte de las confituras que aparecen en el país son resultado de las importaciones personales de revendedores e intermediarios del mercado paralelo y sus costos normalmente superan los niveles de pago a los que pueden acceder las familias cubanas. Chupa-chupas, bombones y cuanta chuchería aparezca a menor precio en el mercado internacional se presta para la reventa en Cuba. Sin embargo, no pocos casos de niños con enfermedades resultantes de la ingestión de productos contaminados, en mal estado o con fechas de caducidad se han reportado en los hospitales y centros médicos del país.
Por otro lado, la funcionaria Elena Quintana Graverán también detalló en que “las producciones estarán destinadas a abastecer las cadenas de tiendas en moneda nacional y en MLC, las instalaciones turísticas, además de centros de recreación para niños, otro por ciento de las producciones se destinará a las exportaciones”.
Según la experiencia acumulada por los cubanos en los dos últimos años, la presencia de los productos más demandas no se equipara en ambos tipos de tiendas y su disponibilidad en los mercados por MLC también genera la especulación y la reventa inescrupulosa de algo tan sensible y anhelado por los niños como las sabrosas confituras.
