Con una atmósfera tensa y la mirada fija en el Caribe, Cuba y Florida están en alerta ante la formación de la posible tormenta tropical Rafael, que amenaza con convertirse en huracán. Cuba ha sido golpeada una vez este año; la Florida, dos veces.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) en su último parte, emitió una vigilancia de huracán para las Islas Caimán y una advertencia de tormenta tropical para Jamaica, anticipando que el sistema, aún en fase de depresión tropical, intensificará su fuerza en los próximos días.
La tormenta podría tocar tierra en el noroeste del Caribe, afectando a la región occidental de Cuba y el sur de Florida con lluvias torrenciales y vientos fuertes, aunque la futura trayectoria del organismo pudiera llevarlo a Texas, estado donde todavía se recuerdan las enormes inundaciones provocadas por el huracán Harvey en el 2017.
Según el NHC, el sistema, ubicado a 420 kilómetros al sur de Kingston, Jamaica, podría convertirse en tormenta tropical hoy y, posteriormente, en huracán. Se prevé que llegue cerca de Jamaica al final de la jornada y que se acerque a las Islas Caimán el martes en la noche, con vientos que podrían alcanzar intensidades ciclónicas.
Las autoridades de Jamaica y Cuba ya están tomando precauciones ante la llegada de la incipiente tormenta Rafael. En Jamaica, se pronostican entre 3 y 6 pulgadas de lluvia, con posibles acumulaciones de hasta 9 pulgadas en ciertas zonas, lo que podría desencadenar inundaciones y deslizamientos de tierra.
Cuba también podría sufrir el impacto directo de las lluvias de la tormenta Rafael a partir de mediados de semana, sobre todo en la región occidental, donde la Defensa Civil ha decretado una Fase Informativa desde Pinar del Río hasta Camagüey.
El paso por Cuba de la tormental tropical – o huracán – Rafael y su posible impacto en Florida
El sistema, conocido actualmente como ciclón tropical potencial 18, podría golpear a Cuba con vientos y lluvias intensas. La Defensa Civil de la isla, escarmentada por la devastación del reciente huracán Oscar en Guantánamo, ha activado un protocolo preventivo en La Habana, así como en varias provincias del centro y occidente del país. Esto incluye evacuaciones preventivas y el cierre temporal de escuelas y universidades.
«Las lluvias pueden incrementar el riesgo de deslizamientos en áreas montañosas y causar inundaciones en zonas bajas», informó el Instituto de Meteorología de Cuba.
Hasta el momento, la Universidad de Granma y otros centros educativos han suspendido sus actividades, mientras que el Ministerio de Educación recomendó a los estudiantes becados permanecer en casa y seguir atentos a los anuncios de la Defensa Civil.
En Florida, aunque la trayectoria definitiva del sistema aún es incierta, el NHC advierte que el sur del estado podría experimentar lluvias significativas y vientos fuertes a partir de la segunda mitad de la semana.
La meteoróloga Nicolette Nolan de CBS News subrayó que, aunque los modelos de trayectoria difieren, los estados de Texas, Louisiana, Mississippi, Alabama y Florida deben estar en alerta para el fin de semana, ya que cualquier desvío hacia el norte o noreste podría tener un impacto severo en la región.
En una temporada de huracanes que ya ha sido especialmente destructiva —con tormentas como Milton y Helene—, Florida no ha sido ajena a la devastación.
A principios de octubre, un tornado derivado de Milton causó graves daños en Palm Beach Gardens. La posible llegada de la tormenta Rafael mantiene a las autoridades locales en guardia, especialmente en los Cayos de Florida y la costa este del estado, que aún están en proceso de recuperación.
Por su parte, el meteorólogo de AccuWeather, Dan Pydynowski, advierte que las condiciones actuales en el Caribe, como bajas temperaturas de cizalladura del viento y aguas relativamente cálidas en el rango de los 80 grados Fahrenheit, podrían favorecer la intensificación de la tormenta. Aunque no se espera que Rafael llegue a las costas del Golfo con la misma intensidad, los vientos y las lluvias podrían causar daños importantes.
«Es difícil que un sistema alcance la categoría de huracán en noviembre en el Golfo, pero no es imposible», explicó Pydynowski.
Si el sistema se desplaza rápidamente, evitaría enfriarse sobre aguas más frías, lo cual podría mantener su fuerza hasta su posible impacto en el sur de Estados Unidos.
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