Postales de Cuba: una madre en Holguín pide comida para sus 4 hijos y una anciana duerme sobre algo indescriptible

Havana
algo de nubes
23.2 ° C
23.2 °
23.1 °
94 %
0.5kmh
20 %
Vie
29 °
Sáb
29 °
Dom
30 °
Lun
27 °
Mar
23 °

En Holguín, una joven madre, víctima según su relato de los estragos causados por el huracán Melissa, aparece en un video grabado por el conocido activista humanitario Norge Ernesto Díaz Blak, más conocido como Noly Blak, y confiesa que no tiene absolutamente nada. La joven, mientras llora y mira a la cámara, cuando se le pregunta qué desea, expresa que para ella no necesita nada, que lo que necesita es «comida para mis hijos”. Son cuatro niños pequeños. No hay techo estable, no hay colchón, no hay refrigerador ni despensa: solo la urgencia de comer hoy.

El video, difundido por la activista Irma Lidia Broek, no habla de un caso aislado, sino de un paisaje extendido en la Cuba oriental tras el paso del ciclón.

Mientras organismos internacionales describen una devastación “enorme”, con más de 90 000 viviendas dañadas o destruidas y 100 000 hectáreas de cultivos afectadas, Naciones Unidas ha lanzado un plan de 74,2 millones de dólares para atender a un millón de personas en las provincias más golpeadas. Desde el gobierno se insiste en que llega ayuda desde al menos 27 países y que se reparten lonas, colchones, alimentos y kits de emergencia en Oriente, pero la cámara del celular que grabó a esa joven madre dejó otra impresión: en su casa la ayuda no ha entrado.

La otra postal llega también desde el oriente cubano y es más triste aún (si es que existe algo más triste que una madre no pueda darle de comer a sus hijos). Una anciana yace acostada sobre un bulto de fibras viejas, sin colchón reconocible, dentro de una casucha de madera abierta al aire, al polvo y llena de fango.

En la foto no se aprecia una cama como tal aunque la anciana hace uso de ella como si lo fuera. Solo se ve algo indescriptible que hace de base para que ese cuerpo agotado pueda estirarse unas horas.

Su nieta, Camila González, divulgó las imágenes en el grupo de Revolico Río Cauto, y estas se volvieron virales en minutos. En lo que sin dudas era una denuncia, expresó que las personas residentes en el Uno de Santa Rosa —una comunidad de Río Cauto— siguen completamente abandonados tras el desastre que los afectó. La joven alega que no tienen dónde dormir, que nadie del gobierno local ha ido a ver su situación y que, aunque han repartido ayuda en otros lugares, a ellos no les ha llegado nada.

Explicó además que su abuela – la anciana de la foto que se volvió viral – tiene que dormir en el piso, igual que todos los vecinos, porque no quedó ni una cama. Reclama que allí viven niños y que ninguna autoridad se ha acercado para evaluar los daños ni entregar donaciones. Concluye diciendo que necesitan ayuda urgente y que no pueden seguir durmiendo así.

No es la misma mujer que, en El Cobre, gritó a Miguel Díaz-Canel “no tenemos camas” y recibió como respuesta un “¡y yo tampoco tengo pa’ dártela ahora!”, frase captada en video que desató una ola de indignación dentro y fuera de la isla. Pero la queja es exactamente la misma: dormir en condiciones mínimas.

Otro caso igual de lamentable fue reportado por el periodista Alberto Arego. Arego recogió la denuncia de una familia cubana que lleva 9 años viviendo “vulnerable” en un bohío. Un caso que denunció el pasado 4 de noviembre desde Báguanos, Holguín, el internacionalista Misael Pupo Fernández.

“Para que el mundo sepa lo mal que se trabaja en mi país, Cuba, y se habla tanto de Derechos Humanos”, dijo y mostró las imágenes.

Nada de lo que pueda decir el oficialismo sobre cargamentos de ayuda logran borrar el contraste entre los anuncios y escenas como estas: una madre en Holguín pidiendo solo comida para cuatro niños, una anciana tirada sobre un amasijo que debería ser un colchón, o gente viviendo como los indios, en bohíos. O comunidades enteras aún esperando algo tan básico como una cama y un techo seco.

En medio de millones prometidos, planes de acción y discursos sobre “no dejar a nadie desamparado”, esas postales recuerdan una pregunta sencilla que sigue sin respuesta clara: ¿hasta dónde llega realmente la ayuda y quién se queda fuera de la lista?

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.79 x LBENVÍA AQUÍ
+