El caso de Rosa María Tabera, una cubana apuñalada por su pareja Ensel Maclare en Austin, Texas, ha dejado a los internautas estupefactos. A pesar de haber sufrido graves heridas que pusieron su vida en peligro, Tabera ha expresado ahora públicamente desde el hospital donde se encuentra, su desconsuelo por la muerte de su agresor, abatido por la policía mientras esta intentaba salvarla. ¿Por qué lo hizo? Intentaremos explicarlo.
El incidente ocurrió la madrugada del pasado lunes en el apartamento que compartían en el complejo residencial San Paloma Apartments. Ensel Maclare, durante un violento altercado, golpeó y violentó de palabra reiteradamente a Rosa María Tabera.
Los vecinos, alarmados por los gritos, llamaron a la policía, que llegó al lugar alrededor de la 1:45 a.m. Los oficiales sintieron los gritos al llegar a la puerta y la derribaron. Justo en ese preciso momento encontraron a Maclare encima de su esposa, atacándola con un cuchillo. Para proteger la vida de la víctima, un agente disparó contra el agresor, quien fue declarado muerto poco más de una hora después del tiroteo. Rosa María Tabera fue trasladada al hospital en estado crítico.
Ahora, para muchos incomprensiblemente, desde su cama de hospital, y a través de publicaciones en Facebook, esta cubana expresó su dolor no solo por sus heridas, sino también por la muerte de su pareja. Sí, por la muerte de aquel que de no ser por la policía la hubiese matado sin lugar a dudas.
«Nada en este mundo se compara con la tristeza que tengo por dentro, nadie en este mundo te amaba más que yo», escribió en uno de sus posts la cubana. La declaración dejó perplejos a muchos, quienes no podían entender cómo una víctima de tal violencia podía defender a su agresor de esa manera; mientras que otros, incluso, la acompañaron en su dolor.
En una transmisión en vivo desde el hospital, Tabera justificó las acciones de Maclare, diciendo que «no sabía lo que estaba haciendo» cuando la atacó. La mujer, en un evidente estado de desesperación y dolor, incluso manifestó su deseo de cambiar su vida por la de él, y agradeció a Dios por mantenerla viva solo por sus hijos.
«Lo único que me mantiene viva es el amor a mis hijos. Esos tres niños son los que me mantienen viva», afirmó en un video que puede ser visto aquí

Este caso ilustra el complejo fenómeno del «ciclo de la violencia» en las relaciones abusivas. En muchos casos, las víctimas de violencia doméstica desarrollan una dependencia emocional hacia sus agresores, llegando a justificar sus acciones y hasta a defenderlos públicamente.
Es así que, está visto y documentado que en no pocas ocasiones, cuando son víctimas de una golpiza por parte de su pareja o ex pareja, hombre, y otra persona interviene, la mujer termina hasta golpeando a su defensor. No pocas han dado versiones contradictorias a la policía; y hasta han terminado retirando los cargos que pesan sobre el agresor.
Así sucedió, por ejemplo, con el caso de la también cubana Ailén Tartabull Valladares, quien murió el pasado 29 de mayo a manos de su ex pareja, un hombre que la había golpeado en el pasado y al que ella, en una ocasión, le retiró los cargos.
Este comportamiento puede deberse a múltiples factores, incluyendo la manipulación emocional, el miedo a las represalias, la baja autoestima y hasta el llamado síndrome de Estocolmo, donde la víctima desarrolla un vínculo afectivo con su captor como mecanismo de supervivencia.
Lo interesante a los ojos de muchos – si bien este caso no tiene nada de interesante – es que no se trataba de una golpiza, sino de un apuñalamiento. Es decir, que estaba siendo agredida con gravísimo riesgo de morir (de hecho se encuentra reportada en estado crítico en el hospital) y para muchos, su comportamiento resulta extraño, aunque los estudios más avanzados sobre el tema lo catalogan como todo lo contrario: no tiene nada de extraño.
Las víctimas de violencia doméstica a menudo desarrollan una dependencia emocional hacia sus agresores, lo que las lleva a justificar y hasta defender sus acciones. Esto puede deberse a varios factores. La manipulación emocional es una táctica común utilizada por los agresores para mantener el control sobre sus víctimas. Pueden utilizar técnicas como el gaslighting, que hace que la víctima dude de su propia percepción de la realidad, y el aislamiento, que la aleja de amigos y familiares.
El miedo a las represalias también juega un papel importante. Muchas víctimas temen que dejar al agresor resultará en una violencia aún mayor, amenazas de muerte o daño a sus seres queridos. Este miedo puede paralizar a la víctima y mantenerla en la relación abusiva.
La baja autoestima es otro factor significativo. El abuso repetido puede destruir la autoestima de la víctima, haciéndola sentir inútil y dependiente del agresor. La víctima puede llegar a creer que no merece algo mejor o que no puede sobrevivir sola.
El síndrome de Estocolmo es un fenómeno psicológico donde las víctimas desarrollan un vínculo afectivo con sus agresores como mecanismo de supervivencia. En el contexto de la violencia doméstica, la víctima puede percibir los gestos de arrepentimiento del agresor como genuinos, lo que confunde sus emociones y la lleva a justificar el abuso.
En el caso de Rosa María Tabera, su aparente dependencia emocional y los factores mencionados la llevaron a defender públicamente a Ensel Maclare, a pesar de haber sufrido un ataque brutal a manos de este. Esta defensa se puede ver como una manifestación del ciclo de la violencia y los mecanismos psicológicos que lo perpetúan.
Comprender este ciclo y los factores que lo perpetúan es crucial para ofrecer un apoyo efectivo a las víctimas y ayudarlas a romper con el ciclo de abuso.
No hay dudas que, y en eso es enfático el Departamento de Policía de Austin en su informe, que la intervención del oficial policial (el disparo) fue necesaria para salvar la vida de Tabera. Robin Henderson, jefa interina del Departamento, defendió las acciones del oficial que disparó, argumentando que fue una medida extrema para proteger a una víctima en una situación de vida o muerte.
Mientras tanto, la comunidad cubana en Austin y los internautas en general continúan reaccionando a la tragedia y a las declaraciones de Tabera y su negación. Muchos ofrecen sus condolencias y apoyo, aunque no pueden evitar expresar su desconcierto ante la defensa de su agresor.
soy yo Rosa María Tabera si quieres saber y hablar galgo cierto pregunta a mi misma en una entrevista pública para que puedas hablar o escribir la verdadera historia