La capacidad del periodismo independiente cubano para arrojar luz sobre asuntos oscuros y trascendentales en la sociedad ha quedado demostrada una vez más con el reciente escándalo de abuso sexual en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) en San Antonio de los Baños, Cuba. Este caso ha desembocado en el despido de un realizador brasileño por parte de la agencia «Confraria de Sons & Charutos», tras las acusaciones de abuso sexual surgidas y amplificadas por un reportaje de la revista independiente El Estornudo.
Este no es un caso aislado en la lucha contra la violencia de género en Cuba, sino un eco del impacto que el periodismo independiente puede tener en la sociedad. Por ejemplo, el caso de Fernando Bécquer, un trovador cubano, quien fue llevado ante la justicia y condenado después de que sus actos delictivos fuesen expuestos también en El Estornudo y también por la pluma del mismo periodista.
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El reciente reportaje de Mario Luis Reyes en El Estornudo no solo reveló las denuncias contra el realizador brasileño implicado, identificado como Ayrton Paul, sino también abrió la discusión sobre las violaciones, abusos sexuales, acoso, revictimización, y especialmente el mal manejo de estas situaciones por parte de la dirección de la EICTV.
Este trabajo periodístico demostró, después de años de investigación, cómo un ambiente tóxico fue gestándose dentro de la institución, protegiendo a los presuntos agresores debido a su posición de poder y dejándolos impunes.
La decisión de la agencia brasileña de desvincularse de Paul es un reflejo de la presión social que puede generar el periodismo comprometido y cómo, incluso en un contexto de represión y censura, las voces de las víctimas pueden ser amplificadas hasta lograr cambios concretos. Esta agencia, además, ha expresado su apoyo a las víctimas de violencia en la EICTV, enfatizando que «un violador no se revela socialmente» y que la lucha contra la violencia de género es un compromiso diario.
Este caso subraya el papel fundamental del periodismo independiente en Cuba, donde, a pesar de ser marginalizado y perseguido, acusado de ser «mercenario», logra sacar a la luz pública delitos sórdidos relacionados con figuras de peso en la isla.
En un país donde el régimen busca ocultar los escabrosos asuntos que no le interesa que se conozcan, el periodismo independiente se erige como una herramienta esencial de denuncia y justicia.
El trabajo de estos periodistas, que enfrentan riesgos personales y profesionales para informar, no solo es valioso por la justicia que promueve, sino también por el cambio social que estimula.
Al exponer la verdad, desafían al poder y dan voz a los sin voz, contribuyendo a una sociedad más informada, crítica y justa.
