Representantes de organizaciones opositoras cubanas y políticos de varios países de Latinoamérica subscribieron una carta en la que instan a los presidentes democráticos del mundo romper las relaciones con el gobierno de Cuba y ponerse del lado del pueblo.
De acuerdo con un reporte de EFE, la misiva pide a los mandatarios “definir definir a cuál bando se pertenece por el bien de todo un pueblo, de un continente y del mundo» y advierte que «la dictadura militar castrista” no tiene la capacidad de garantizar las necesidades básicas de los cubanos.
«Cuba es un estado fallido», afirma la carta rubricada por una treintena de figuras políticas e intelectuales como los cubanos Guillermo Fariñas, Ángel de Fana, Pedro Fuentes Cid y Zoe Valdés, además del vicepresidente de Honduras, Salvador Nasralla y el presidente de la Asociación de Alcaldes de Centroamérica y el Caribe, J. Bar Levy.
Según la fuente, entre los más de 30 firmantes del documento aparecen también el nicaragüense Ariel Montoya, del Partido Organización Política Accionaria, José Arturo Vides Berliez, del Partido Republicano de Honduras, José Ignacio Menéndez, del dominicano Partido Nacional Voluntad Ciudadana (PNVC), y Juan Cohen, de Alianza Republicana de las Américas.
«Seis décadas de falsas promesas y de ineficiencias congénitas, propias de este tipo de régimen, han apagado la luz de la esperanza de la población cubana», indica la carta, al tiempo que acusa a las autoridades de la isla de patrocinar “el terrorismo, el narcotráfico y las guerras de guerrilla a escala internacional» y de apoyas la invasión Rusa a Ucrania.
El texto alerta sobre la posibilidad de que el caótico escenario desencadene una guerra civil en la isla porque pese a la profunda crisis, el gobierno “ha cerrado los caminos democráticos y civilizados que conducen a una solución pacífica a la crisis del país».
«Ante esta situación es que solicitamos que vuestro gobierno, democráticamente electo, desconozca la legitimidad de la Dictadura Cubana y rompa sus relaciones diplomáticas inmediatamente», piden los firmantes a los presidentes de países democráticos, y añaden que “la historia reconocerá a aquellos gobiernos que apoyen al pueblo cubano en su legítimo derecho de buscar y encontrar su libertad, pero también será repudiado quien no lo haga».
