Mientras el oficialismo cubano reparte felicitaciones a médicos destacados del Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima de Cienfuegos, en las salas del mismo centro los pacientes reciben sueros colgados en ventanas y son atendidos sentados en sillas por falta de camillas. La contradicción entre el discurso triunfalista del gobierno y la crudeza de la realidad hospitalaria ha generado la lógica indignación ciudadana.
El hospital, que esta semana fue escenario de una celebración institucional en honor a los doctores Luis Alberto Corona Martínez y Mercedes Fonseca Hernández por su “destacada labor”, también ha sido el foco de una denuncia viral que deja al descubierto el estado de abandono en que se encuentra el sistema de salud.
En imágenes compartidas por el periodista Mario J. Pentón, se observa a pacientes con sueros improvisadamente colgados de ventanas y sentados en sillas plásticas ante la falta de camillas. El testimonio de una mujer que acudió al centro con su esposo ilustra el deterioro: “Nos dieron el suero en la mano y nos dijeron que buscáramos dónde ponerlo. Tuvimos que acostarlo en el asiento trasero del taxi y colgar el suero de la puerta”.
Y bueno… habrá quien hasta celebre que había suero.
En paralelo, la página oficial del hospital difundía mensajes de celebración bajo etiquetas como #CienfuegosXMásVictorias y #CubaPorLaSalud, acompañados de decenas de comentarios que felicitaban a los médicos. El contraste con los testimonios de abandono es tan marcado que muchos lo consideran una burla. “Esto no es una victoria, es una derrota disfrazada”, escribió una internauta indignada.
Lo cierto es que mientras el aparato institucional sigue apostando por narrativas de éxito, en la cotidianidad de los cubanos enfermos se impone el desaliento. No se trata de negar los méritos individuales, sino de aceptar que un sistema donde no hay camillas, ni condiciones mínimas para tratar a los pacientes, está en crisis. Celebrar en medio del colapso se ha vuelto otra forma de violencia.
La respuesta de la comunidad ante el desatino ha sido unánime. Usuarios describen la escena como “una vergüenza” y “una falta de respeto con el pueblo”, mientras que profesionales del sector, como la enfermera Idalia Águila Duardo, reconocen la situación, pero piden no culpar al personal de salud.
“No podemos hacer magia con lo que no tenemos”, expresó.
Precisamente, que fueran magos, es lo que les pidió a esos mismos profesionales de la salud, en ese mismo hospital, en agosto de 2021, el primer ministro Manuel Marrero Cruz, cuando lanzó una polémica arremetida contra el personal médico.
En una visita oficial al Hospital Provincial Gustavo Aldereguía de Cienfuegos durante la crisis de la COVID‑19, fue Marrero quien acusó a los doctores de ser los principales responsables de las “más quejas por maltrato y dejadez”, en lugar de enfocarse en resolver las carencias materiales, tales como la falta de medicamentos o insumos.
Tales declaraciones provocaron una fuerte respuesta de los profesionales de la salud de Cienfuegos, quienes acusaron al mandatario de ignorar las condiciones infrahumanas en que trabajaban: escasez de oxígeno, falta de reactivos y jornadas maratonianas sin equipos de protección. Una confrontación que dejó una huella profunda en la comunidad hospitalaria.
noticia relacionada: Médicos cienfuegueros le dan soberana respuesta a Marrero Cruz
Médicos locales, sí, los médicos del Hospital de Cienfuegos, y de otros centros del país, replicaron que “son los que están en primera línea de combate contra la pandemia, no los ministros” , y exigieron condiciones dignas para desarrollar su labor.
Aquel episodio no fue un hecho aislado, sino parte de una tendencia que prioriza la defensa política por encima de respuestas tangibles a las presiones del sistema sanitario. Hoy, cuando se celebran supuestos “logros” en esa misma institución, aquellas acusaciones injustas aún resuenan entre quienes continúan enfrentando la realidad más cruda: no tienen camillas, ni donde poner los sueros; ni siquiera un lugar adecuado para atender a los enfermos.


















