Ni a un solo cubano le fue otorgado el parole humanitario durante el pasado mes de noviembre, según datos oficiales ofrecidos esta semana por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
De hecho, apenas se aprobaron permisos de este tipo, solo 50, para personas de las otras nacionalidades incluidas: 30 para haitianos, 10 para nicaraguenses y 10 para venezolanos.
Estas cifras parecen confirmar un secreto a voces: el programa migratorio implementado por el presidente Joe Biden y que ha favorecido a más de 110 mil cubanos desde enero del 2023, parece estar viviendo sus últimos días.
De esta manera, solo ha aumentado la incertidumbre entre los migrantes de las mencionadas nacionalidades, que aun apuestan por esta alternativa segura y legal para ingresar al país.
Teniendo en cuenta las cifras de noviembre, ascienden a 531.670 los paroles aprobados en total, aunque los mismos han disminuido drásticamente en los últimos meses.
El descenso en las aprobaciones llegó después de que se implementaran medidas más restrictivas en el proceso, especialmente centradas en investigar mejor a los patrocinadores en Estados Unidos, incluso a partir de análisis biométricos y biográficos.
Estos cambios se hicieron después de que el Departamento de Seguridad Nacional anunciara la suspensión temporal de los permisos de viaje para beneficiarios del programa por el nivel significativo de fraude en las solicitudes.
Un mayor escrutinio de los registros financieros y los antecedentes penales de los patrocinadores, una investigación adicional para identificar perfiles fraudulentos de patrocinadores y métodos de revisión reforzados para identificar tendencias de presentación de solicitudes en serie aparecen entre las nuevas medidas.
Pese a que, según CBP, la efectividad del parole como “herramienta para manejar la migración de manera ordenada” está demostrada, ya que los cruces irregulares de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos ha disminuido en un 98%, la entrada de Donald Trump por segunda vez a la Casa Blanca supondrá un cambio radical en las políticas migratorias de Estados Unidos.