Nadie quiere migajas. Ni el Movimiento San Isidro (MSI), ni la periodista y fundadora del diario digital 14ymedio -Yoani Sánchez- ni la actriz Yuliet Cruz. Ni millones de cubanos.
El reciente anuncio del régimen cubano de permitir la entrada a Cuba de un equipaje adicional con medicinas, aseo y medicamentos ha sido calificado como una migaja por cientos y miles de cubanos que tan solo aspiran a una cosa: a que se vayan.
MSI, por ejemplo, ha sido enfático. No solo rechazó contundentemente “las migajas” con las que el régimen pretende poner fin a las manifestaciones en Cuba, sino que además consideró que los cubanos no solo salieron a las calles para protestar por la escasez de alimentos, la crisis sanitaria y los apagones; sino que claramente exigen LIBERTAD y la salida del poder de Miguel Díaz-Canel y la tropa de militantes del Partido Comunista de Cuba amparados por un aparato militar represivo, y otros miles de cubanos que apoyan al gobierno, más parecidos a unos carneros ciegos y obedientes que otra cosa.
El miércoles, el «Canelato» decidió autorizar la importación de alimentos y medicinas de manera “temporal». La medida pudo haberse tomado mucho tiempo atrás, ciertamente, pero nunca lo hicieron, a pesar de que por muy diversas vías el pueblo, ahogado, emitía señales. Y pedía auxilio.
Sin embargo, tuvo que suceder una protesta como esta para que el régimen cediese en su tozudez y anunciara la migaja, que fue bien recibida, pero que no constituye el epicentro del problema. Solo basta pensar que si ellos, los que dirigen, creen que ese pueblo irredento se conformará con medicinas y alimentos que les traigan desde afuera, es muestra más que evidente del irrespeto que sienten hacia él.
Una pregunta flota en el ambiente: ¿Y los cientos de miles de cubanos que no tienen a NADIE que les traiga desde afuera?
«Está escrito: ‘No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios»» (San Mateo, 4, 3-4). Díaz-Canel y Castro han adecuado estas palabras de Jesús y han dicho: «Solo de medicinas y alimentos vive el cubano». Y no. No va. No es así.
MSI: A la cabeza
Por medio de Twitter, la organización que lidera Luis Manuel Otero Alcántara advirtió que el pueblo antillano busca un cambio político real más allá de recibir una maleta de medicinas y un poco de alimentos enlatados.
“De la dictadura cubana no queremos migajas para paliar problemas de gran magnitud. El pueblo cubano necesita CAMBIO y para lograrlo, debe existir cambio político, económico y respeto a los DDHH”,
manifestó el MSI a través de Twitter.
Por su parte, la reconocida periodista cubana Yoani Sánchez resumió el sentir de miles al expresar contundentemente la siguiente frase: “La libertad no cabe en una maleta”.
Más allá fue la actriz Yuliet Cruz, quien arremetió contra el «Canelato» con unas matemáticas sencillas. Si en las manos de ellos estuvo siempre la potestad de permitir la entrada a Cuba de alimentos y medicinas con preferencias arancelarias, ¿por qué no lo hicieron antes? ¿Por qué había que esperar que murieran cientos, miles, por falta de un medicamento?
“Relajar medidas de importación de alimentos, aseo y medicinas de manera temporal y excepcional, ¡Me molesta mucho! Y es la prueba de que era algo que podían y siempre han tenido en sus manos”, escribió Cruz en su perfil de Facebook la actriz.
Ha quedado demostrado la total desconexión y desinterés del gobierno, además de su poca capacidad para dirigir con esta migaja de «las maletas».
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Ha tenido que salir el pueblo a protestar, han tenido que verse verdaderamente al borde del suicidio, por la falta de alimentos y medicinas, para que el Canelato salga con esta migajita, que desde siempre ha sido responsabilidad de ellos decidir, y no tiene nada que ver con el culpable que a cada rato encuentran para justificar sus males e ineficiencias: el embargo.
Falta todavía que vean la película completa, y se den cuenta que ya no los quieren. No los respetan. Les perdieron el miedo, y les metieron presión.
Solo con presión entiende la cúpula. Esa que ahora «liberó maletas», cuando en realidad debió liberar grilletes.
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