El viceministro ruso Petr Aleksandrovich Kucherenko murió en el avión en el que regresaba a su país luego de varios días de trabajo en Cuba.
El incidente ocurrió el pasado sábado, cuando el funcionario, de 46 años, enfermó de súbito en pleno vuelo y el avión tuvo que aterrizar de emergencia en la sureña ciudad rusa de Mineralnye Vody, donde recibió atención médica, pero en vano.
Los rumores iniciales sugieren que el también secretario de Estado y viceministro de Ciencia y Educación Superior de Rusia habría sufrido un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, pero hasta el momento no hay un veredicto oficial sobre la causa del deceso.
Kucherenko se graduó en Leyes en la Universidad Rusa de Amistad con los Pueblos, la Patricio Lumumba donde formaron cientos de cubanos durante la era soviética, y ocupó diversos puestos públicos antes de llegar al cargo que desempeñaba al morir.
En el medio opositor ruso The Moscow Times, el periodista y documentalista independiente Roman Super afirmó que, días antes de abandonar Rusia por la invasión a Ucrania, habló con Kucherenko en su oficina sobre un posible “escape” del país.
Según Super, Kucherenko le habría dicho que le era imposible abandonar Rusia pues no contaba con pasaporte propio, y lamentaba lo que calificó como “invasión fascista”, entre otras supuestas críticas a la situación del país.
Sin embargo, el dirigente era señalado por la sociedad civil como uno de los “responsables de la implementación de políticas que socavan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania”, por lo cual era candidato a recibir sanciones internacionales.
Si bien no hay manera de corroborar o desmentir la versión de Super, lo cierto es que varios altos funcionarios y oligarcas rusos han muerto en circunstancias misteriosas desde el estallido de la guerra de Ucrania.
El portal informativo The Atlantic denominó a tales decesos como el «síndrome de muerte súbita rusa», que “afectó” a exdirigentes y jerarcas financieros de compañías energéticas como Yakutskenergo y Gazprom, bank.
El ahora difunto viajó a Cuba con la delegación encabezada por Boris Titov, comisionado del presidente Vladimir Putin para el empresariado y el comercio, para participar en la XI Reunión del Comité Empresarial entre Cuba y Rusia. Moscú le impuso una serie de pautas a La Habana para incrementar el comercio.
Entre ellas, cesión de tierra cubana en usufructo para productores rusos, exención de aranceles, facilidades para repatriar ganancias a Rusia, oficialización expedita de empresas mixtas, operar en monedas locales o instalar una línea marítima portuaria que conecte ambas naciones.
