Celestino Rodríguez, conocido como Tino “El Gallego”, uno de los entrenadores más queridos por los veteranos del fútbol cubano, murió el miércoles 15 de febrero en Miami a los 92 años, reportó este fin de semana El Nuevo Herald.
“Decir Tino en La Habana era sinónimo de fútbol”, recordó el reconocido periodista deportivo Pedro González en su obituario del sábado. El reportero lo describió como un “profundo conocedor” del fútbol que, al finalizar su tiempo como goleador, se convirtió en uno de los técnicos más carismáticos de su época.
De origen español, de ahí su apodo, logró atestiguar de primera mano el desarrollo de algunos de los mejores jugadores de fútbol en Cuba, muchos de los cuales volvió a ver en Miami, ciudad que lo acogió hasta su fallecimiento.
Tino Rodríguez era un personaje frecuente en el estadio Pedro Marrero de La Habana y luego se volvió un rostro imperdible en las tertulias de los domingos que reunía a los más grandes entusiastas del deporte en la Ciudad del Sol.
“Sin duda alguna se marcha un grande del fútbol cubano, uno de esos hombres que encendieron la llama. Se fue con la satisfacción de haber dejado un legado y de haber completado su obra”, escribió González.
Desde el ciberespacio, sus amigos cercanos se despidieron del fallecido entrenador, calificándolo de “un hombre a todo dar en el fútbol cubano”. “Activista, entrenador y un hombre carismático, alegre y querido en toda Cuba”, redactó José Beceiro.
Beceiro, que acompañaba a Tino a las tertulias en Miami, dio su más sentido pésame a la familia del entrenador, y en especial a sus hijos Javier y Liliana”. “Llegue el más sentido pésame, en nombre de todos y principalmente de parte de la familia del fútbol”, concluyó.
