Carlos Aldana Escalante, quien en la década de 1980 fue considerado el tercer hombre más poderoso de Cuba, falleció el miércoles en La Habana a los 82 años. Su deceso marca el fin de una figura que, en su momento, se creyó podría ascender al segundo puesto en la jerarquía del poder cubano.
Buena parte de la generación actual de cubanos, desconocen que en los 80´ Aldana se metía en todo, y según una frase que le escuché decir a alguien, era mejor ser amigo de Aldana, que del mismísimo Fidel.
¿Pero, quién era Aldana?
El portal Café Fuerte que cubrió los últimos días en vida de este altísimo funcionario castrista dice que nacido, en 1942, Aldana ascendió rápidamente en la estructura del Partido Comunista de Cuba (PCC). Ocupó cargos clave como miembro del Buró Político y jefe de los departamentos Ideológico, de Educación y Cultura, y de Relaciones Internacionales del Comité Central.
Sin embargo, su carrera sufrió una abrupta caída en 1992. Fue destituido de sus funciones y expulsado del PCC por «graves defectos en el desempeño del cargo» y «serios errores personales».
Se dice que tenía una gran amistad con Pepe Horta y que «promocionaba» a la escritora Zoé Valdés entre sus afectos más allegados.
Su caída estuvo cuidadosamente planeada dentro del grupo estrecho que trabajaba con Raúl Castro, quien dirigía secretamente la vigilancia sobre Aldana. Se dice que no pocas veces Raúl le contó a Fidel que Aldana no estaba haciendo las cosas adecuadamente y que se tomaba atribuciones que no le correspondían, momentos en los que Fidel siempre lo respaldó.
Encontronazos de un tipo y de otro y obras de arte perdidas, constituían entre otras las sospechas de Raúl, hasta que el final de Aldana llegó. Se dice que incluso fue el propio Raúl quien le tendió la cama a Aldana.
Nada de esto se sabe con certeza, si bien la información ha llegado fragmentada y por diversas vías, siempre con el aporte de Radio Bemba, hasta nuestros días.
En días pasados el escritor Norberto Fuentes relató que este sufrió un trauma cerebral tras una caída en su hogar, lo que agravó su estado de salud y lo mantuvo en terapia intensiva en el Hospital Militar, durante aproximadamente un mes.
Hasta el momento, no se ha informado sobre los detalles de su funeral y sepelio.
nota: se usaron fuentes propias del autor de este artículo; entre ellas un ex oficial de la Seguridad del Estado que asegura haber sido «cercano» a otros colegas que vigilaron a Aldana.
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