La cantante cubana Haydée Milanés hizo una confesión que tomó a muchos por sorpresa, teniendo en cuenta su visibilidad en los escenarios y el hecho de ser hija del gran Pablo Milanés: en una reciente entrevista con un medio digital, la intérprete aseguró que su carrera en la isla “fue estrangulada” por sus críticas públicas a la situación del país.
“Llegó un momento en que, para tocar en los teatros de La Habana, aun costeando yo misma los conciertos, me ponían trabas. Podría ponerte muchos ejemplos, aunque es muy perturbador recordar todo aquello. Lo que te puedo decir es que, en mi país, mi carrera fue completamente estrangulada”, aseguró la artista en diálogo con el portal ADN Cuba.
La propia cantante sabía que esa es una consecuencia inevitable para quienes deciden decir lo que piensan en Cuba, y más cuando cuestionan la narrativa del régimen.
“Alzar la voz y hacer cualquier tipo de denuncia ante las injusticias que ocurren en Cuba siempre trae consecuencias nefastas. Es así desde el año 1959. Son muchos los ejemplos y es una larga lista de nombres. Es tan larga la lista y tan antigua que infelizmente cuando alguien se pronuncia por algo y es castigado, mucha gente termina pensando que te lo buscaste, que lo merecías”, comentó.
Haydée relató que varias veces las autoridades culturales la llamaron para cantar en actos políticos, pero nunca lo hizo y se le fueron cerrando poco a poco todas las puertas, al punto de sentirse marginada.
“Después de mi primera gira nacional en el 2009, nunca más pude hacer una. Siempre tenían un pretexto: no hay gasolina, no hay hospedaje o no hay dinero para el transporte. Pero a mi alrededor veía a otros que sí podían hacerla. Estaba en una lista negra para la que no hay recursos”, contó la intérprete de canciones como Libélula, una de sus más conocidas.
En su conversación Haydée reconoció que con la llegada de Internet a Cuba fue cada vez más activa en sus denuncias sobre la falta de libertades en la isla, así como los hechos de represión y abuso cometido por el gobierno contra periodistas, artistas y otros.
“En los medios de difusión fui desapareciendo poco a poco. Me comenzaron a mandar mensajes de advertencia por parte de directivos de las instituciones culturales por mi conducta”, contó Haydée, quien recientemente se instaló en su nuevo hogar en Miami, donde poco a poco va insertándose en la escena musical.
De hecho, en marzo pasado dio un concierto a teatro lleno, y el pasado fin de semana subió al escenario para cantar con Willy Chirino el clásico bolero Pensamiento, en lo que definió como un sueño cumplido. Igual, la distancia no la aleja de los padecimientos de su pueblo, que la entristecen profundamente.
“Cada día la gente es más pobre, mientras el discurso oficial no deja de repetir y hablar de una igualdad social que es mentira. Las escuelas y los hospitales cada día tienen menos recursos. La Habana se cae a pedazos en medio de los grandes hoteles que se levantan. Los salarios no alcanzan”, lamenta la cantante, quien decidió no volver a cuba tras la muerte de su padre, a finales del pasado año.
Al respecto, aseguró que nunca quiso irse de Cuba, a pesar de estar pasándola mal desde hace muchos años, pero le pareció que “ya era demasiado el gorrión y el sinsentido de vivir allí”.
