Escasa ha sido la afluencia a los centros de salud de Ciudad de México que comenzaron este jueves a aplicar refuerzos contra la COVID-19 con la vacuna Abdala, producida en Cuba.
De acuerdo con reportes de la prensa local muy pocas personas han asistido a las instituciones médicas para recibir el inyectable comprado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador a la isla.
“En algunos casos como el T-III José María Rodríguez en la al alcaldía Cuauhtémoc, desde la apertura y hasta transcurrida la primera hora no se había suministrado aún ninguna dosis”, informó la revista digital Punto de Vista.
Al centro sanitario apenas habían acudido tres personas a vacunarse durante la jornada, pero una de ellas no era elegible para recibir el fármaco y las otras dos decidieron marcharse cuando les explicaron que debían esperar a que se reunieran 10 personas, la cantidad de dosis por frasco.
Según la fuente, la mayoría de los mexicanos que van a estas alturas a los centros médicos lo hacen buscando inyectarse contra la influenza, debido a que el coronavirus ha perdido fuerza.
En general los mexicanos desconocen del fármaco producido en la isla, que aún no cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y los puestos de vacunación tampoco ofrecen información sobre Abdala ni tampoco especifican que se está suministrando como dosis de refuerzo.
De hecho, en el centro de salud Dr. Rafael Carrillo, de Iztapalapa, no había ningún cartel para alertar que estaban suministrando el inyectable cubano.
Al lugar sólo habían asistido madres que llevaban a sus hijos para recibir la primera o segunda dosis contra el coronavirus de la vacuna de Pfizer, que se aplica a menores de entre 5 y 11 años de edad.
