Funcionarios del gobierno en la capital de Cuba, La Habana, se encuentran de recorrido por las zonas afectadas dando mucha muela y prometiendo soluciones que, a no ser que se les ocurra paralizar la construcción de hoteles para el turismo extranjero no calmarán el dolor de los afectados que perdieron sus viviendas.
Aquellos que se quedaron sin casa, por las lluvias, quieren casas. Los que terminaron con sus viviendas dañadas quieren materiales, pero ni una ni otra solución la tienen en la mano ni Luis Torres Iríbar, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en La Habana, ni Reinaldo García Zapata, gobernador de la capital.
Ambos se limitaron a reconocer la precariedad en que viven todas estas familias en La Habana y a soltar una de las tradicionales coletillas para darle esperanza a los afectados:
“No podemos dejarle a las próximas generaciones los problemas».
“El Estado y las instituciones son los responsables de velar por el cuidado de nuestra gente y debemos sacar a esas personas del peligro y la precariedad que en situaciones extremas como la del pasado viernes se incrementan”, dijo Torres Iríbar, quien con bota y capa se le ha visto muy activo por varias zonas de la capital prometiendo y dando instrucciones que se presume no llegarán muy lejos.
Las autoridades gubernamentales calificaron de “deuda” lo que tienen con la población de la capital con relación a la construcción de nuevas viviendas y con el mantenimiento o restauración de las ya existentes.
Luego dijo que estas «casas», «no pueden llamarse propiamente casas», y dijo que sus moradores «merecen una vivienda digna», e indicaron que se construirán un centenar de nuevas viviendas para los damnificados de El Fanguito, en el municipio Plaza de La Revolución.
Sin embargo, las lluvias no solo provocaron daños en El Fanguito, sino también en otros barrios de «llega y pon» de la capital, como La Escalera, Indaya, El Callejón de Andrade, La Polar y La Timba, lugares llamados «barrios vulnerables» por las autoridades.
La Habana fue la provincia más afectada por las recientes lluvias, y posiblemente sea la que, fuera de los tradicionales sermones de confraternidad, menos soluciones aporte.
tal vez quieras leer: Aumentan a más de 300 los derrumbes en La Habana por las lluvias
