La jovencita Melissa Vargas se convirtió este lunes en la primera voleibolista cubana en lograr 30 puntos o más en un partido de Juegos Olímpicos, según destacó el reportero cubano Francys Romero en su perfil de Facebook.
A sus cortos 24 años, la opuesto natural de Cienfuegos, que juega bajo la bandera de Turquía en las Olimpiadas de París 2024, hizo 69 remates, 29 de ellos puntos.
Además Vargas se apuntó un bloqueo, con lo que llegaron a tres decenas sus anotaciones.
“Es la décimotercera voleibolista con un juego de 30 puntos o más en Juegos Olímpicos. Marca previa anterior entre cubanas: Rosir Calderón (26 puntos), el 13 de agosto de 2008 en Beijing”, puntualizó Romero.
Convertida en la principal anotadora del choque ante Países Bajos, la estelar voleibolista fue decisiva en la victoria del equipo turco, que se llevó un disputado partido 3-2.
Si bien las europeas ganaron los dos primeros sets por idéntico marcador de 25 a 19, las de Turquía reaccionaron en el tercero con la suficiente fuerza no solo para evitar la barrida, sino también para imponerse con marcadores de 25-22, 25-22 y 15-13.
Cabe subrayar que en la rama femenina del voleibol en los Juegos Olímpicos las llamadas Sultanas de la Red se enfrentarán a República Dominicana en la próxima fecha y a Italia el 4 de agosto.
En 2023, Vargas fue elegida por amplio margen la mejor voleibolista del mundo por el sitio especializado Volleybox.
El año pasado la cubana, nacionalizada turca desde 2021, se coronó en la Superliga de China con el club Tianjin, donde fue la Mejor Jugadora Extranjera, y, tras reincorporarse a su club, el Fenerbahçe, de la liga turca, ganó el primer lugar en la Liga de Voleibol Femenino del país.
En mayo de 2023 fue elegida como la Jugadora Más Valiosa tras el título alcanzado por Turquía en la Liga de las Naciones.
Menos de dos meses después, en el Campeonato Europeo, la chica bautizada en sus inicios como la Niña Prodigio del Voleibol repitió su actuación a nivel colectivo e individual.
Hace una década Vargas, que debutó con la selección cubana a los 13 años, era ya considerada el mayor prospecto del voleibol femenino cubano, que fue campeón olímpico en Barcelona 92, Atlanta 96 y Sidney 2000.
En 2015, bajo el amparo de la estatal Federación Cubana de Voleibol, pasó a integrar el equipo checo VK Prostějov.
No obstante, las desavenencias de sus padres con la estatal Federación tras una lesión que la llevó al quirófano, hizo que ellos la sacaran de la Escuela Nacional de Voleibol y que las autoridades deportivas le impusieran una sanción a partir de enero de 2017.
Un año después, tras haberse ido de Cuba, la joven firmó por su cuenta un contrato con el club suizo Volero Zúrich.