Sancti Spíritus: Más de un centenar de medicamentos «desaparecidos»

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Otra multilaureada periodista espirituana, la todoterreno Elsa Ramos, entrevistó en las últimas horas a Carlos Alberto Blanco Robaina, director de la Empresa de Farmacias y Ópticas de la provincia, un funcionario bastante divorciado de la realidad, que otra vez repitió el discurso oficialista con relación al déficit de medicamentos, a pesar de que en Sancti Spíritus hasta un niño sabe que hay cientos de medicamentos que sencillamente han desaparecido de las farmacias. 111, para ser exactos, según señala Elsa en su artículo.

Uno lo lee y tiembla al conocer que en días pasados, allí mismo, en Sancti Spíritus hubo tremendo zafarrancho entre médicos y funcionarios del Departamento de Salud. Unos porque querían aceptar y opinaban que se debía aceptar una ayuda proveniente desde Miami, para el hospital de Trinidad, consistente en insumos médicos y medicamentos; y otros renuentes a aceptar «esa migaja del imperio», muchísimo menos de manos de «exiliados cubanos».

De un lado esa realidad «paralela», del otro la más pegada a la tierra. Esa que impulsó a Elsa Ramos a hacerle la pregunta al funcionario equivocado con relación a la desaparición de 111 medicamentos del llamado cuadro básico.

39 de esos medicamentos desaparecidos son de los del «tarjetón». Medicamentos regulados mediante la llamada tarjeta de control, que raciona ciertos fármacos en la isla, principalmente debido a su alto costo.

Datos imprecisos, evasivas, cuestionamientos y mucha «vaselina» recibió Elsa de parte de Blanco Robaina, un hecho que fue destacado en la totalidad de los 15 comentarios que se acumulan en el foro del diario. Un hecho que además es una prueba de una queja que durante años han hecho los periodistas de la isla, y que fue replanteada una vez más a mediados de agosto en la cara de Miguel Díaz-Canel.

Estos funcionarios y cuadros del gobierno nunca hablan por lo claro. Son escurridizos, se molestan por el papel de la prensa, y en no pocas ocasiones hasta condicionan lo que el periodista quiere escribir. Incluso logran, mediante presiones, que «trasladen» a directores de diarios hacia otras provincias, como sucedió en el caso del director del 5 de Septiembre de Cienfuegos, Adonis Subit Lamí que fue cuestionado duramente por trabajos críticos aparecidos en el diario, y luego «promovido» a la provincia de Matanzas.

El periódico local Escambray reconoce que a pesar de las muchas medidas tomadas para evitar el agotamiento de los medicamentos, ninguna ha logrado el efecto deseado.

«Ninguna de las medidas, sobre todo las de tiempos de COVID-19, ha logrado que las colas y aglomeraciones en las farmacias espirituanas hayan salido de ‘terapia intensiva. Tampoco han evitado el acaparamiento ni la reventa de números y medicamentos», resume.

En la provincia, por un blister de 3 pastillas de Azitromicina se pagan hasta 4 mil pesos; mientras que por un ciclo del ansiado Rocephin se pagan 10 mil pesos.

Blanco Robaina eludió cualquier otra causa y habló de médicos que continúan prescribiendo medicamentos que están en falta.

«Hemos recorrido varias farmacias y hemos visto a pacientes con seis recetas de medicamentos en falta. No cuestionamos a los médicos, pero haremos monitoreos a sus hojas de cargo, evaluamos vincular los consultorios a cada unidad, pedir el Carné de Identidad por las recetas en farmacia, hemos detectado nombres falsos de pacientes, existen certificados de autocomplacencia donde la persona lleva una pastilla como dosis y le ponen dos, entonces surgen los medicamentos guardados en su casa como un mecanismo de autodefensa. Hemos separado a trabajadores por ocuparles medicamentos. Hay denuncias de robo (…) había quienes se iban con la jaba llena para su familia y conocidos», expresaba.

El funcionario, ante la pregunta de Ramos sobre si «¿los medicamentos que se venden en la calle pueden estar saliendo de centros hospitalarios o de centros de aislamiento?», respondió increíblemente de esta manera:

«No soy quien deba responder», y luego aseveró que «los medicamentos de la COVID-19 están en los centros asistenciales bien definidos».

Carlos Alberto Blanco Robaina, director de la Empresa de Farmacias y Ópticas de la provincia.

El funcionario dijo que él no ha visto reventa de medicamentos en las calles y negó categórico cada cuestionamiento de la periodista, y curiosamente hasta manifestó que en las denuncias hechas por la población contra «cuadros» se ha verificado que «no ha sido así», aunque asumió como muy cierto que «el déficit de medicamentos es real», antes de señalar que «el primer ministro Manuel Marrero planteó que la producción en la industria nacional se va a incrementar. Tenemos que confiar en nuestros dirigentes que están haciendo cosas, a pesar de las trabas y limitaciones, para que el pueblo tenga lo que debe tener».

Entre los quince comentarios hasta ahora que acumula el trabajo destaca el de una internauta nombrada Paloma, que afirma no tener en su casa «ni una aspirina», mientras apelaba a que «los médicos de familia tienen que apretar la mano y no soltar las recetas así tan fácil sin estar enferma la persona».

Otro usuario se quejaba del peloteo que tienen entre el Partido y el gobierno en Cabaiguán, con el tema de la higiene; un tercero se quejaba que a su padre, impedido físico, no le quisieron despachar el tarjetón de mi mamá y el mío; mientras que un cuarto señalaba el «vínculo» entre el dependiente de las farmacias y el revendedor de medicamentos como causa fundamental de los faltantes.

Y usted, ¿qué opina?

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