La Tiza, nombre artístico del reguetonero Exen Beyrut Sevilacu, salió al paso a toda la polémica que generó en redes sociales su reciente presentación en Guantánamo, que acabó con niños y adolescentes magullados y con heridas, debido a la molotera para entrar al cine Huambo. El caos fue tal, que las autoridades locales decidieron cambiar la sede del espectáculo para una plaza cercana, donde el joven finalmente tuvo lugar el espectáculo.
“¿Sabes qué significa La Tiza? Un niño más. La tiza: Es un movimiento, una familia. La tiza somos todos y cada uno de lo que estuvimos presentes hoy me quedo con lo bueno porque todo lo qué pasó lo hice de corazón”, declaró el intérprete en su cuenta de Facebook, horas después de su polémica presentación en Guantánamo, que acabó costándole el puesto a una funcionaria y el arriendo a una MIPYPE local.
De buenas intenciones, dicen los religiosos, está empedrado el camino al Infierno: en su reivindicación, La Tiza pasa por alto las quejas de padres y ciudadanos en general, como si nada fuera de lo lógico hubiera pasado en el Huambo, como si tales preocupaciones fueran dardos cargados con la envidia que los artistas suelen generar… De hecho, su post fue apuntalado por cientos de comentarios de admiradores que celebraron el espectáculo y su talento.
Una cosa no quita la otra: más allá de gustos personales, la propuesta artística de Exen la Tiza tiene muchos fans, y su carisma e imagen encajan en el estereotipo de ídolo adolescente, amén de que la música es contagiosa y consigue su propósito: poner a “perrear” y hacer pasar un buen rato. El asunto es que lo ocurrido el pasado fin de semana no fue un buen rato, y no solo para los espectadores.
Las autoridades provinciales de Cultura, por ejemplo, destituyeron a la directora del Centro de Cine de Guantánamo, alegando que no notificó del concierto al Gobierno local. A su vez, se le rescindió el contrato de arriendo del Huambo a la pequeña y mediana empresa Marcapaso, dedicada a espectáculos y animación de eventos. Es más, dicho espacio quedó cerrado temporalmente, hasta que sea redefinida su programación.
El director provincial de Cultura, Yoelvys Labañino, dijo al periódico local Venceremos que no hubo lesionados en el cine, que sufrió “algunos cristales” como resultado de la gran aglomeración de asistentes a lo que fue anunciado como una “actividad infantil”. Reporteros locales y usuarios de redes sociales desmintieron a Labañino, informando que se dieron robos de carteras, cadenas y celulares, y que hubo lesiones físicas y sicológicas. Nada, otro día normal en la defensa de la cultura nacional…
