La cubana Heydi Sánchez Tejeda, una madre que fue deportada la pasada semana tras ser separada de su esposo y de su hija en Tampa, relató entre lágrimas el drama que ha vivido separada de su niña, de apenas un año de edad y la cual fue concebida in vitro.
Según contó desconsolada la madre en un video grabado en la isla y publicado por el periodista Mario Pentón, se sometió a muchos tratamientos para quedar embarazada, pero nunca lo logró.
“Les digo esto para que puedan ir entendiendo la desesperación que yo siento ahora mismo de no tener a mi niña conmigo, de estar separada de ella. Mi niña es mi vida, mi niña es mi todo”, argumentó.
“Me están matando lentamente, cada noche que duermo sin ella y cada vez que veo que de mis pechos se bota la leche que no le puedo dar a ella”, añadió la cubana que tenía como estatus un formulario I-220B, que solo le permitía permanecer en el país mientras se resolvía su proceso de deportación.
“Cuando hablo conella me pide la teti y yo no se la puedo dar. Cuando me dice: ‘Mamá, ven’”, subrayó después de llegar a Cuba en un vuelo de deportación junto a 82 migrantes.
“Mis pechos me duelen porque ella todavía toma leche de mí. Tengo que estar botándola para que no me duela mis pechos. Tengo que sacarme la leche y botarla”, dijo a Telemundo el fin de semana.
“¿Cómo usted cree que me siento cuando boto el alimento de mi hija? Dios mío, nada más que tiene un añito”, apuntó la angustiada madre, cuyo caso ha conmovido profundamente a la comunidad cubana en el sur de Florida.
Sánchez fue detenida sin previo aviso cuando acudió a una cita rutinaria de inmigración en Tampa el 22 de abril, y a pesar de tener una petición familiar activa por parte de su esposo, un ciudadano estadounidense.
La abogada Claudia Cañizares, que representa a Sánchez, declaró a Telemundo que la joven madre ingresó inicialmente bajo el programa “Quédate en México” (MPP).
Durante ese periodo, fue secuestrada en territorio mexicano y no pudo asistir a su segunda cita en corte migratoria, lo que derivó en una orden de deportación en ausencia.
“Ella pidió entrar nuevamente a Estados Unidos y, aunque ya tenía esa orden de deportación, no fue deportada de inmediato debido a la pandemia de Covid-19”, subrayó.
“Durante ese tiempo, se casó, tuvo a su hija, y ha estado reportándose regularmente. Sin embargo, al tratar de reabrir su caso, las gestiones legales no prosperaron”, explicó la abogada.
Al respecto, otra abogada de inmigración, Rosalí Chaviano, explicó a América TeVé que el formulario I-220B no garantiza protección contra la deportación pues es una orden de supervisión otorgada a personas que ya cuentan con una orden de deportación, emitida por un juez de inmigración o a través de un proceso de salida expedita.
La abogada recalcó que los portadores de un I-220B deben presentarse periódicamente ante el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), en citas que permiten evaluar si las condiciones han cambiado para permitir su deportación.
Pese a que Sánchez cumplía rigurosamente con sus citas y había iniciado hace más de dos años un trámite de regularización por vía de petición familiar, su proceso no había culminado y el riesgo de deportación persistía.
“Si van a tomar cualquier acción, debe ser meses antes de las citas. Llevar un abogado el mismo día no cambia absolutamente nada”, advirtió Chaviano.
Chaviano también alertó que las prioridades actuales de deportación incluyen explícitamente a personas con órdenes vigentes, lo que las expone no solo durante citas en ICE, sino también en procesos ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), como biometría o entrevistas de residencia.