José Ramón Machado Ventura al parecer nunca escuchó a Álvarez Guedes, ese fenomenal humorista cubano que tenía un cuento sobre el romerillo que es una delicia.
Ya les haré el cuento de Álvarez Guedes sobre el romerillo, pero primero permítaseme hablar de lo que dijo José Ramón Machado Ventura, que no salió a la luz pública para desmentir -mucho menos asegurar- si es falso o no que su hijo, residente en Panamá, causó tremendo revuelo en la Aduana de Cuba el pasado lunes cuando presuntamente, y según un runrún llegado a los oídos de este redactor, quiso entrar, no con una mata de romerillo, pero sí con 100 mil dólares en una maleta.
El bien llamado «Viajero de la Agricultura Cubana», se apareció por los campos de la Empresa Agropecuaria de Güira de Melena y la finca provincial de plantas medicinales, UEB de la Empresa de Alquízar, y allí le sugirió a los campesinos de la empresa aumentar siembras de romerillo, jengibre y anamú para aliviar falta de medicamentos.
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Con este incremento en las siembras de romerillo, jengibre y anamú para elaborar jarabes, tinturas y aliviar el cuadro básico de medicamentos -que se encuentran en déficit en todo el país- Machado Ventura colaba de manera subliminal la necesidad de contar, a la menor brevedad, con grandes cantidades de jengibre y anamú, cuyas propiedades los convierten en aliados naturales contra el virus del SARS-COV-2
Machado Ventura olvidó mencionar la Echinacea, otra hierba muy útil en casos así, de resfriados y para la sanación en general y fortalecer el sistema inmunológico, pero sin dudas más que pedir sembraran romerillo, debería trabajar fuertemente en el establecimiento de un canal humanitario a la isla. O cuando menos, flexibilizar las medidas impuestas y permitir -es solo una sugerencia- la entrada a Cuba de vuelos privados, con medicinas provenientes de México, EE.UU., España y Francia.
Menciono esos cuatro países, porque desde esos cuatros países se han hecho solicitudes, a través de funcionarios cubanos, para permitir el ingreso de vuelos privados con cargas de ayuda humanitaria (medicinas fundamentalmente) y algunas de esas peticiones han sido rechazadas; otras, están «a la espera de respuesta».
De vuelta a Machado Ventura y su interés por el jenjibre, el anamú y el romerillo…
Si bien la medicina natural ha sido durante años fuente inagotable de curas -quien les escribe lo reconoce firmemente- el gobierno cubano, agobiado por la situación sanitaria creada por la pandemia de COVID-19 y ante la falta de medicamentos y recursos financieros para adquirir medicamentos en el extranjero, se ha visto obligado a echar mano al viejo libro del herbolario, hasta el punto de proponer recientemente la combinación de miel con vitamina C, como posible protección contra el coronavirus.
Así lo hizo el Periódico 26, de Las Tunas, aunque no es la primera vez que medios oficialistas cubanos proponen la medicina verde como «alternativa» natural contra la COVID-19.
El año pasado vendieron a tutiplén “tabletas de anamú”. El colmo de la necesidad los llevó a desarrollar una feroz campaña nacional con un preparado homeopático que se le administró a la población más vulnerable de la isla, el PrevengHoVir, que preparado homeopático al fin resultó ser tremenda porquería de cara a la COVID-19.
Lo cierto es, Machado Ventura, que el romerillo «no tiene nada que ofrecer» -en teoría contra el SARS-COV-2- al contrario de la cúrcuma, la echinacea y el anamú.
Bien que le haría a «Machadito» -como solía llamarlo Fidel Castro- escuchar el cuento de Álvarez Guedes. Aquí se los dejo, como detalle jocoso para complementar esta nota.
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