Dos meses han pasado desde que se anunciara el libre visado para los cubanos que pretendieran viajar a Nicaragua. En ese tiempo un éxodo de personas hacia el país centroamericano ha hecho que desde Cuba se le compare con el similar proceso migratorio acontecido en el Mariel en la década del 80, al tiempo que en las redes sociales se rescata la declaración de una funcionaria nicaragüense quien, en 2019, había asegurado que los cubanos viajaban a su país motivados por los volcanes.
Semejante comentario no cobrara demasiado valor en aquel entonces, aunque debió ser muy provechoso utilizarlo al momento de solicitar una visa, algo así como reclamar el derecho cubano a disfrutar de un volcán. Es ahora que viajar a Nicaragua está siendo para los cubanos más común y necesario que viajar a Varadero, cuando la opinión de la funcionaria se torna mucha más risible y absurda.
El país que preside Daniel Ortega tiene trece volcanes famosos, aunque no es el territorio de la región que más destaque por estos fenómenos naturales. Incluso, algunos de ellos no están activos, aunque otros como el San Cristóbal, Telíca, Cerro Negro, Momotombo, Masaya y Concepción sí permanecen activos y ciertamente son un atributo natural poderoso y llamativo para el turismo.
No obstante, queda claro que los cubanos no viajan a ese país con intensiones turísticas. De hecho, son muy pocas las personas en este país que pueden darse el lujo de visitar otras naciones bajo esa condición. El viaje de ocio y disfrute internacional está demasiado lejos de la posibilidad real de un cubano, por lo que una salida del país, cuando no tiene que ver con algún propósito laboral, significa un puente migratorio asegurado.
Eso es ahora Nicaragua para los cubanos. Una oportunidad hacia un destino mejor. Un pretexto, una ilusión de vida y una estación de paso, la primera de un camino que no pocas veces se hace tortuoso y difícil.
Por tanto, más allá de remitirse a cualquier estadística, basta tener sentido común para entender que un número muy bajo de cubanos dedicarían tiempo en ese tránsito para disfrutar de un volcán. La presencia de los cubanos en Nicaragua es un mero trámite y cada segundo en esa nación es dinero que resta para el destino posterior que casi siempre se ubica en los Estados Unidos.
Quizás por la realidad en la que han sobrevivido por años, los cubanos tienen la capacidad probablemente única en el mundo de satirizarlo absolutamente todo. Las dificultades siempre terminarán dejando algún chiste y los memes que ahora recorren el ciberespacio son la mejor explicación del asunto.
Precisamente, una rápida búsqueda en Google con la interrogante “cuál es el país con más volcanes en el mundo”, arroja que Estados Unidos lidera la lista con 180 volcanes. El popular actor cubano Luis Alberto García, conocido también por el fino humor que le caracteriza, posteaba en Instagram un screenshoot con esa búsqueda y escribía “Ahora caigo”.
Si lo fuéramos a analizar al estilo de la funcionaria de turismo en Nicaragua, entonces los cubanos estarían enloquecidos de pasión y lo que algunos ven como éxodo migratorio es en realidad una brillante ruta volcánica, empezando por un país latinoamericano que ostenta algunos de ellos y ofrece libre visado; y terminando, venciendo los más duros obstáculos geopolíticos, en la nación donde más abundan estos fenómenos naturales que, tristemente, no presenta el territorio nacional.
Así otras imágenes de este tipo se encuentran en las redes sociales, en tanto más familias, adolescentes, jóvenes y personas de avanzada edad ponen en venta todo cuanto conserven de valor en Cuba y preparar los ahorros para emprender la ruta, supuestamente volcánica.
Una de las más ocurrentes creaciones de los “memeros” del ciberespacio, firmada por el artista Karoll William, ubica la imagen de un volcán en erupción junto una versión de la famosa frase de Eduardo Saborit, que ahora rezaría: “Conozca Momotombo primero y el extranjero después”.
