Desde hace meses, los cubanos enfrentan cortes eléctricos cada vez más largos y frecuentes, mientras el discurso oficial insiste en mostrar avances triunfalistas con la instalación de parques solares. La realidad, sin embargo, va por otro camino.
Ayer, por ejemplo, según la UNE, la afectación fue de 1808 MW. ¡De milagro no colapsó el SEN! Eso sí: estuvo a punto de hacerlo.
Desde noviembre, varias termoeléctricas del país han estado fuera de servicio al mismo tiempo, bajo el argumento de mantenimientos prolongados. Pero estos trabajos no fueron compensados con una generación alternativa suficiente. El resultado ha sido brutal: zonas con solo tres horas de electricidad diarias, día tras día, sin que nadie en la alta dirección de la Unión Eléctrica ofreciera explicaciones claras o reconociera el impacto de sus decisiones.
En paralelo, se lanzaba con bombos y platillos la campaña de los parques fotovoltaicos. Muchos cubanos creyeron que vendría algún alivio. Pero lo cierto es que la capacidad de estos parques apenas alcanza para cubrir la producción de los grupos diésel que todavía funcionan… cuando tienen combustible.
Los cubanos están exhaustos. Día tras día, noche tras noche, la penumbra vuelve a imponerse en los hogares de la isla, mientras el régimen continúa celebrando con bombos y platillos la apertura de parques solares cuya capacidad, en la práctica, no resuelve absolutamente nada. La indignación se acumula en la población, que ya no encuentra consuelo en los discursos ni en las promesas.
A mediados de marzo, el país sufrió un apagón nacional que dejó sin electricidad a millones durante 72 horas. Fue el cuarto colapso total del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en menos de seis meses, según reporta El Universo. Y este fin de semana pasado, más de la mitad de la isla estuvo afectada por cortes simultáneos de electricidad, especialmente en el horario de mayor consumo, entre las 6 y 10 de la noche.
La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) ha reconocido que, en la actualidad, hay 79 centrales de generación distribuida fuera de servicio por falta de combustible, mientras que varias unidades termoeléctricas están paralizadas por mantenimiento o averías. Solo el sábado 5 de abril, la afectación en el horario pico alcanzó los 1651 MW. Para el domingo, el déficit previsto era de 1615 MW, según recoge Martí Noticias, pero la UNE informó que se afectó 1651.
Y sin embargo, el régimen insiste en presentar la apertura de nuevos parques fotovoltaicos como solución mágica. Solo en 2025, se prevé inaugurar 55 de ellos. El más reciente, en Ciego de Ávila, aporta 21.8 MW, una gota en el mar frente a la magnitud del déficit. El total generado por los ocho parques solares activos ese sábado fue de apenas 999 MWh, mientras cientos de miles de personas permanecían a oscuras durante más de 20 horas al día.
“Nos tienen engañados, que con los paneles solares íbamos a mejorar, pero cada día hay más apagones”, comentó Ana Olivera, residente en Cienfuegos, en la página de Facebook de la UNE. Desde Matanzas, Idania Ramírez Rodríguez resumió lo que muchos sienten: “Parecemos zombis. No estamos viviendo, estamos malviviendo”.
El dictador Miguel Díaz-Canel, por su parte, intentó lavarse las manos al declarar en televisión estatal que “la crisis energética no es responsabilidad del régimen”, sino consecuencia de la falta de fondos para mantener las centrales termoeléctricas.
Pero el país, a pesar de que nunca ha dejado de estar en crisis, ha tenido durante años suficientes fondos, para hacer lo que está haciendo ahora: renovar su matriz energética. Entonces, ¿de quién es la responsabilidad? ¿Qué se los impidió hacer antes? Simplemente es una mentira detrás de la otra, mientras el pueblo sufre, aguante, se subleva, y hasta se suicida.
Expertos como Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica de la Universidad de Texas, aseguran que los planes solares son apenas un alivio parcial. “No existe potencial real para que las energías renovables cubran el déficit actual. El sector termoeléctrico está colapsado, y el problema es estructural: Cuba necesita de 8.000 a 10.000 millones de dólares para reflotar su sistema eléctrico, una suma que hoy simplemente no tiene”, declaró a Martí Noticias, en artículo reproducido por Diario de las Américas.
Y lo peor, aseguran analistas y ciudadanos, no es solo la falta de electricidad, sino la falta de claridad. Las promesas cambian cada tres meses. En diciembre se dijo que los apagones diurnos terminarían en junio. Ahora, funcionarios locales dicen que será en 2026. ¿O 2031? Nadie sabe. En Cuba, la única constante es la oscuridad.
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