Para los cubanos seguidores del deporte desde Miami, lo que está pasando en el oriente de la Isla con el béisbol está centrando más su atención, al menos en estos días, que el tercer partido de Lionel Messi este martes en el sur de La Florida.
Más de 15.000 enardecidos santiagueros reventaron el estadio «Guillermón Moncada» para celebrar la gran remontada de su equipo que obligó a disputar ayer un séptimo y último juego de la semifinal de la 62 Serie Nacional ante Industriales.
Anoche la debacle azul hizo pensar hasta en un nocao pero a la postre los indómitos se llevaron la victoria 8×1 para darle un vuelco a esta historia cuando parecía que los habaneros conquistarían su boleto a la final, donde ya se instaló Las Tunas. En esas tres fechas en el Latinoamericano los expertos estiman que más de 100,000 espectadores acudieron a darle ánimos a su equipo (aunque en la capital orientalizada, Santiago no parece jugar de visitante).
Danny Betancourt, un veterano de 42 años y 22 temporadas en sus costillas, se encargó de maniatar a los Azules y este martes intentará liquidarlos su amigo y también un viejo zorro del montículo Alberto Bisset. Dann en cinco entradas permitió cuatro jits, ponchó a tres, transfirió a un rival y no toleró carreras. Mientras, sus compañeros definieron desde el mismo primer episodio con cinco carreras a la cuenta del abridor Silvano Herrera y completaron el racimo con otras tres en el cuarto.
Por los ganadores, destacaron al bate Osday Silva (3-2), Erick Marlon Serrano (4-1) -ambos con tubeyes incluidos- y Orrelly Riveaux (3-1), todos con dos carreras empujadas. Yoelquis Guibert (4-2) y Carlos Monier (4-2), este último con una impulsada, también sobresalieron.
Este martes a las 6:00 p.m. se efectuará el partido que definirá el finalista pero desde mucho antes es posible haya que cerrar las puertas del «Guillermón». Hubiera sido una buena iniciativa que los organizadores orientales hubieran instalado unas pantallas en las afueras del estadio.
