Lis Cuesta, la esposa del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, realizó el ejercicio de defensa de su tesis doctoral este viernes y el mandatario lo celebró en su cuenta de Twitter, donde dijo que la sintió “más cerca que siempre”.
“Hoy ella, Lis Cuesta, defendió su tesis doctoral: ‘Modelo pedagógico para exportación de servicios académicos en la agencia Paradiso’. Hoy la sentí más cerca que siempre. Todo nos une. También la pasión por la Ciencia”, escribió el presidente en la red social.
Como sucede últimamente, la publicación generó un sinnúmero de burlas por parte de internautas cubanos que no le pierden pie ni pisada a la pareja presidencial.
“Estilo de la dictadura Rumana. Queriendo hacer ver a la burra esposa del dictador como alguien inteligente”, comentó un usuario de Twitter.
“Pronto tomaré el ministerio de Educación! Nace una nueva Elena Chaushesku en versión cubana!!”, respondió una cuenta parodia de la primera dama, y advirtió a la titular de esa cartera en la isla que ya es hora de retirarse.
A falta de legitimidad, la casta burocrática que ejerce el poder en la isla está mostrando un especial apetito por los títulos de categorías científicas.
El propio Díaz-Canel se agenció un doctorado recientemente. Más tarde hizo lo mismo el ministro de Economía, Alejandro Gil, quien contó con el mandatario como tutor.
Si bien el rechazo fue mayoritario, varios seguidores del gobernante felicitaron a Cuesta por su entrada al siempre elitista circuito de los doctorados académicos.
Licenciada en Ciencias Pedagógicas, la esposa del presidente cubano dirige actualmente el departamento de Servicios Académicos de Paradiso, una agencia de turismo cultural perteneciente a Artex que organiza eventos, cursos y talleres para extranjeros.
Aunque la mayoría de las personas en Cuba desconocen el trabajo de la primera dama, no pueden evitar vincularla al rotundo fracaso del Festival San Remo Music Awards este año, luego de que los principales artistas extranjeros invitados rechazaron formar parte del evento.
Se copió como Nitza Villapol hacía el potaje colorado y su aporte spaguetis sin queso.